¿Cuándo hay que poner a dieta a las mascotas?

Saber si un gato o un perro está gordo es fácil. La cintura debe ser visible y las costillas, aunque ocultas bajo la piel, también.

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Si una mascota está demasiado gorda, el animal se mueve menos. Entonces se vuelve más obeso, y se mueve todavía menos, porque el dolor de las articulaciones es mayor. Es un círculo vicioso.

Esto no solo hace que la vida del animal sea menos confortable, sino que también reduce drásticamente la esperanza de vida, en promedio en un 20 por ciento.

"Si cuesta notar las costillas, el animal está demasiado gordo. Si no se encuentran, el animal ya padece obesidad mórbida", explica la veterinaria Petra Sindern.

"Todo lo que se encuentra en el volumen de grasa corporal, también ayuda a crear una armadura de grasa igualmente gruesa alrededor de intestinos, hígado, riñones y corazón", advierte Sindern.

Los riesgos que padecen son los mismos que las personas: daños hepáticos, enfermedades cardiovasculares, mayor riesgo de cáncer y sobrecarga de las articulaciones.

"En términos de nutrición, es necesaria una alimentación adaptada a sus necesidades”, prosigue Sindern. En la edad adulta y tras una castración, las necesidades calóricas disminuyen. Por ejemplo, un gato que se tumba todo el día en el sofá, consume pocas calorías. A diferencia de otros felinos, que corren por los jardines y trepan a los árboles.

Incluso un perro que solo es sacado para paseos cortos tiene necesidades nutricionales muy diferentes a las de una actividad más de acorde con la especie.

"A menudo, los propietarios compensan su mala conciencia dando golosinas a sus mascotas", dice el veterinario Martin Bucksch. Para ellos es un premio, pero no les hacen ningún bien, porque la mayoría tienen muchas calorías. Si el animal tiene que perder peso, las golosinas deben eliminarse de su dieta, añade.

Si las mascotas ingieren solo alimentos con pocas calorías, tienden a moverse más. El paseo de los perros debe alargarse y se debe permitir que los gatos salgan de casa o, si esto no es posible, participen en juegos dentro de ella, recomienda Bucksch.

Una buena opción es dejar que el animal haga alguna actividad que le permita ganarse su alimentación. Así, el perro obtiene su comida de su embalaje, solo si lo trae, lo que asegura que se mueva. En las tiendas especializadas, hay juegos para gatos que permiten a estos obtener trozos de comida por sí mismos.

Los expertos no son partidarios de una dieta radical. El resultado de ésta sería un estrés para el cuerpo del animal. Se liberaría cada vez más cortisona, provocando hambre excesiva. También desaconsejan productos comerciales "light", que son solo una línea de alimentación para animales que tienen menos energía, explica la especialista Moira Gerlach.

Muchos veterinarios ofrecen alimentos dietéticos especiales que no están disponibles en las tiendas. "Estas dietas de reducción de peso contienen más fibra no digerible que los alimentos convencionales y permiten que el propietario llene más el comedero", dice Sindern. Esto es psicológicamente importante, asegura.

El mismo efecto tiene un cambio de comida seca a húmeda. "Los alimentos secos son bombas de nutrientes", explica Bucksch. "Cien gramos de carne seca equivalen a 400 gramos de carne húmeda", explica. De todos modos, recomienda que un cambio de alimentación se haga lentamente, a lo largo dos o tres semanas.

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