“Si la obra no es entregada perfectamente, no se le paga; no le reconocemos, no le recibimos, no significa ningún costo”, aseguró Velázquez sobre la ampliación de las rutas II y VII. Explicó que los trabajos son financiados mayoritariamente por un crédito obtenido por el consorcio ganador, que recuperará el dinero cobrando los peajes y solo en un tercio lo subsidia el Estado.
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La española Sacyr SA y la paraguaya Ocho A integran dicho consorcio. Con respecto a las críticas por obras mal hechas en el país y en el extranjero, por parte de la primera empresa mencionada, Velázquez argumentó que cada proyecto es independiente y que se debe saber diferenciar la matriz de las sucursales. “Si tienen 100 proyectos, no salen bien los 100”, dijo y añadió que “todas las empresas de esta naturaleza tienen algún pelo en la sopa”.
Los trabajos se iniciarán en agosto, una vez que el consorcio obtenga el financiamiento. Ahora, el MOPC está trabajando en el despeje de la franja de dominio de las mencionadas rutas, que -según Velázquez- fueron invadidas casi en su totalidad, lo cual implicará un millonario subsidio que deberá costear el Estado.
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La ampliación de las rutas II y VII, bajo la modalidad de Asociación Público-Privada, costará unos US$ 500 millones. Incluye la ampliación, mejoramiento y mantenimiento de la Ruta II, desde Ypacaraí hasta Coronel Oviedo, y de la Ruta VII, desde Coronel Oviedo hasta Caaguazú.
