“No quiero dar a conocer mi nombre, porque estoy seguro que voy a sufrir represalias por parte de los ladrones, quienes ya en dos ocasiones en un espacio de dos semanas entraron a robar en mi casa. En una oportunidad se llevaron una reja ya amurada a la pared de una obra en construcción que tengo en el lugar”, señaló. “También en una playa de autos cercana a mi casa ya entraron en dos oportunidades a robar”, afirmó.
“Lo que no entendemos es cómo la Policía no actúa y no los detiene, en toda la zona hay cámaras de seguridad, pueden rastrear a través de las filmaciones para identificar y detener a los bandidos”, se quejó.
El indignado poblador sostuvo que la inseguridad y el temor a ser víctimas de los ladrones es una situación de zozobra indescriptible. Estamos con la incertidumbre permanente de a quién le va a tocar esta noche la visita de los amigos de lo ajeno, y eso no es vida. Necesitamos que las autoridades hagan algo para devolver la tranquilidad a la gente, señaló.
Reducida capacidad de respuesta
De acuerdo a lo manifestado por el suboficial principal, Javier Acosta, de la Comisaría 40, uno de los principales inconvenientes con que se topan para detener a los infractores es el hecho de que necesitan atraparlos en flagrancia, o con las evidencias en su poder para poder ponerlos fuera de circulación.
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Por lo general son robos bagatelarios, y en esos casos la fiscalía no nos quiere proporcionar una orden de detención, a menos que los atrapemos en flagrancia, o que encontremos en el poder de los ladrones la evidencia del acto ilícito.
A veces tenemos sospechas, sabemos quiénes andan en este tipo de actos, pero no los podemos detener por una simple sospecha, señaló.
Otro de los factores que incide en el problema es la gran cantidad de población que tienen en su zona de competencia, y la escasez de personal. Son seis policías por turno de guardia, para una población de unos 6.000 habitantes.
En la zona de influencia de esta comisaría está el barrio San Isidro, con sus distintos asentamientos de reubicados por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), y muy cerca el barrio popularmente llamado “mosquito”, un lugar donde circula de todo, y es altamente conflictivo.
La mayoría de los casos son robos menores, como garrafas, puertas, llantas de vehículos. Hace poco pudimos detener y recuperar unas llantas de vehículos robabas en una playa de autos, pero no es mucho el tiempo que pueden estar detenidos por eso. En su mayoría roban para comprar sus dosis de crack. A veces sacamos de circulación a algunos, pero al cabo de un tiempo recuperan su libertad y vuelven, señaló.
