Gerardo y Pablo tienen toda una vida hecha en ese país, por lo que volver a Paraguay no es una opción. Ambos residente en el centro de Santiago, se encuentran en el epicentro de los más graves incidentes que se suscitan en torno a estas protestas que se iniciaron la semana pasada, que tuvo como detonante la suba de los precios del pasaje del subte.
El vivir un toque de queda, saqueos, incendios y hasta la presencia de carabineros (policías) es algo que se puede describir únicamente como terror. “En mi caso fue muy fuerte tener en la esquina de mi casa un camión lleno militares, fuertemente armados, y sobre mi departamento escuchar volar un helicóptero en la noche y madrugada. Nunca viví esta situación y no fue nada fácil”, explicó Pablo Alberto sobre lo vivido en estos días.

“Personalmente debo ir a trabajar y no sé como haré. El viernes y sábado caminé durante casi 3 horas para llegar a casa, pasando por barricadas, lugares con mucha tensión y miedo. El gas lacrimógeno no te deja nada bien y además del miedo de cualquier tipo de daño en el trayecto para llegar a casa”, relató el joven.
Lea más: Paraguaya relata terror que se vive en Chile
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Su hermano Gerardo Ramón también experimentó el mismo terror, todo esto aumentado porque en casa tiene familia que espera que lleguen sanos y salvo. “El sábado trabajamos y nos dejaron salir más temprano y nos llevaron a un transfer a acercarnos a un sector específico del centro de Santiago, y caminamos con un grupo de compañeros porque también el sábado las líneas de colectivos habían dejado de circular por todas las manifestaciones en las calles”, apuntó Gerardo.
Destacó que lo complicado no es hacer en tres horas el trayecto que normalmente les lleva 15 a 20 minutos en subte, sino tener que hacerlo caminando y sobrepasando los retenes. “Un punto donde llegamos nosotros, carabineros acorraló a la gente que venía caminando y empezaron a disparar perdigones, bala de goma, a tirar bombas lacrimógenas y tuvimos que separarnos un rato con mis compañeros, porque todos corrieron para distintos lados”, continuó relatando Gerardo. Él tampoco tiene claro cómo hará este martes para llegar a su trabajo.
La situación, antes que ser tranquilizadora aumenta la tensión debido a que los saqueos a tiendas hacen complicado también conseguir hasta lo más básico. “Hay mucho temor, no es fácil ver militares y policías armados en cada paso que des. Los supermercados están cerrados, hay temor de quedar sin productos básicos y eso genera la necesidad de robar, está la sociedad asustada y sin saber qué va pasar”, destaca Pablo, el mayor de los dos hermanos.
Un kilo de pan a G. 30.000
Gerardo relató que en su trabajo optaron por darle el día libre domingo y el lunes, atendiendo todos los problemas. Ellos intentaron salir a aprovisionarse con alimentos, pero se toparon con un saqueo, lo cual los afecta incluso pese a no estar involucrados.
“Salimos el lunes a tratar de comprar mercaderías y llegamos a un punto donde estaban saqueando un supermercado y llegaron carabineros y tuvimos que salir prácticamente todos corriendo, porque ellos llegan y atacan indiscriminadamente, no les importa que haya niños ni nada, estaban preparando gases lacrimógenos y balines de goma. Eso es lo otro que es complicado, ahora los precios de los productos de la canasta, por ejemplo, subieron. El pan llegó casi a G. 30.000 el kilo, es una locura”, relató el compatriota.
“Obviamente mucha gente se aprovecha en el sentido que ellos suben el precio y empiezan a venderlo con un precio muy alto. Aparte que hay lugares que están hablando de racionamiento, que solamente están vendiendo por pocas cantidades por personas, la verdad que es preocupante y así como vemos el tema esto no va a parar muy pronto”, agregó.
Lo que más le preocupa son sus tres hijos, una niña de 7 y dos niños, uno de 4 años y otro de apenas 7 meses. “La verdad que nosotros como familia estamos bastante preocupados, tenemos niños y obviamente necesitan pañales y cosas así. Gracias a Dios nosotros estábamos como (precavidos)... tenemos como subsistir, pero imagino que hay mucha gente que está complicada con el tema de alimentos básicos”, consideró.
Por su parte, para Pablo la situación es un tanto más preocupante. “En mi caso estoy a la espera de que abra ojala hoy un supermercado y poder abastecerme, porque en los almacenes subieron considerablemente las cosas. El arroz (el lunes) fue imposible comprar en ningún lado, de un valor normal de aproximadamente G. 3.000 yo compré a G. 10.000, siendo el producto más buscado”, lamentó.
Pese a todos los inconvenientes, las molestias y el temor ambos compatriotas entienden la naturaleza del reclamo. “Toda la gente está reclamando por sus derechos más que nada, obviamente se les fue de la mano con el tema de los saqueos, pero la gente está reclamando no solamente por el alza de pasajes sino por muchas cosas más que el gobierno está haciendo mal”, consideró Gerardo.
“A corto plazo se ven muchos inconvenientes. Estiman dos meses para reparar el metro y sus estaciones quemadas, algo que sirve a 3 millones de usuarios diarios”, estimó por su parte Pablo, quién no obstante espera que su país de adopción se reponga pronto.
“En mi caso es difícil volver (a Paraguay), esto es algo que nadie esperó y ojalá no empeore, hay mucha diferencia en cuanto a calidad de vida entre Paraguay y Chile, esta situación es algo pasajero, reclaman algo justo y debe reponerse como país lo antes posible para seguir creciendo”, consideró el joven.
