Los integrantes de la institución, ubicada en la compañía Potrero Angelito, de Itacurubí de la Cordillera, decidieron elevar la voz para exigir mejoras, teniendo en cuenta que tres aulas del nivel inicial se encuentran clausuradas por peligro de derrumbe.
Llamativamente esas aulas fueron reparadas por la comuna local, administrada por el intendente Saúl Cristaldo (ANR HC), con recursos del Fondo Nacional para la Inversión y el Desarrollo (FONACIDE), donde se invirtieron G. 152 millones según el relato Doña Guadalupe Ledezma, madre de familia.

Sin embargo, los trabajos llevados a cabo en el lugar no reflejan la inversión realizada, además constituyen un peligro para los alumnos, puesto que se colocaron vigas de cemento y un techo nuevo sobre paredes que se encuentran en lamentables condiciones, ya que fueron construidas hace más de 40 años.
A simple vista se puede ver que no se construyeron zapatas, ni encadenados en las paredes para soportar el peso de las vigas, tejas y tejuelones. Las paredes presentan profundas grietas y el piso hundimientos.
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Representantes de la comunidad educativa ya solicitaron en reiteradas ocasiones la intervención de la comuna y un diálogo con el jefe comunal, pero los intentos fueron infructuosos.
La semana pasada el tema fue tratado en la Junta Municipal. Los concejales solicitaron la paralización de la obra hasta que se haga una inspección técnica, así como informes al ejecutivo municipal.
A la institución acuden 280 alumnos desde el pre jardín hasta el tercer año de la media, con la modalidad de educación extendida. Los niños mientras tanto dan clases bajo árboles y hasta el momento tampoco cuentan con almuerzo y merienda escolar, que deberían ser proveídos por la Gobernación de Cordillera, administrada por Hugo Fleitas (PLRA).
