Esta mañana la Gobernación de Boquerón trató de trasladar a un total de 21 familias indígenas a sus comunidades, por la emergencia sanitaria que vive el país. En el predio departamental estaban acampadas 15 familias ayoreos y seis guaraní-ñandeva. Se les explicó la situación de la emergencia sanitaria decretada por el presidente Mario Abdo Benítez, pero al comienzo solo las familias guarani-ñandeva estaban dispuestas a volver a su comunidad de Laguna Negra.
Los ayoreos, oriundos de las comunidades Campo Loro y La Esquina, zona de Tte. Montanía, distrito Filadelfia, no quisieron abandonar el lugar. Dieron diferentes excusas, entre ellas que sus cuerpos son más fuertes y resisten al COVID-19. Además, pidieron se les entreguen motocicletas, motosierras y víveres para salir, según explicaciones dadas por Carlos Heinrichs, secretario de pueblos originarios de Boquerón.
Darío Medina lamentó la actitud de este grupo de ayoreos, señalando que en Campo Loro el 80% de las familias tienen casas de Senavitat y que los varones de este grupo que están acampado en el predio de la gobernación no trabajan, porque las mujeres se dedican a la prostitución durante la noche en la ciudad de Filadelfia.
Indicó que intentarían, sin usar la fuerza policial y a través del dialogo, que volvieran a sus comunidades, aprovechando la emergencia sanitaria. Al mediodía y con la promesa de recibir víveres, el grupo ayoreo se puso de acuerdo, cargó sus pertenencias en los vehículos puestos a disposición por la gobernación y fue trasladado a sus comunidades.
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Heinrichs comentó que ya en diciembre pasado trasladaron a todas las familias indígenas acampadas en este mismo lugar, a sus comunidades, pero volvieron. Lamentó que existan comunidades como Campo Loro que tienen mucho terreno, pero igualmente acuden en grupos como este a vivir en Filadelfia.
