Lucía Espínola, una de las coordinadoras del grupo de voluntarios, dijo que la idea es ayudar a las personas que más necesitan en este tiempo difícil que nos toca vivir.
Ella es magistrada de la comunidad y se sumó al grupo de trabajadores, destacando el gesto loable de varios integrantes del grupo que recibieron el subsidio Pytyvõ y decidieron donar parte de dichos alimentos para preparar esta primera olla popular.

Además, se recurrió a la solidaridad de varios comerciantes de la comunidad y personas de buen corazón para servir un sabroso tallarín con el acompañamiento de postre, en esta primera ayuda, a unas 200 personas, de preferencia las de la tercera edad y los niños.
Esto apenas se está iniciando y, sabiendo que la crisis económica podría continuar por varios meses, ya están de nuevo programando otros días para continuar con este tipo de asistencia.
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Cuidando los detalles de evitar la aglomeración de personas, los voluntarios recorrieron los barrios de la población a fin de llevar hasta sus respectivos hogares el plato de comida a los más carenciados.
La actividad se realizó en la casa de una de las voluntarias del barrio San Miguel de esta población.

