El domingo pasado, Valenzuela había dicho que el Gobierno amenazaba a la libertad religiosa al no permitir más de 20 personas en una misa. Esta medida se extiende también a otras confesiones religiosas en sus diferentes concepciones de adoración a Dios.
“En algunos casos avanzamos en consenso, en otros evidentemente no. Vamos a seguir en esa mesa de trabajo respetando los protocolos sanitarios. Estamos contentos de que en Paraguay se están salvando vidas día a día”, dijo al respecto el jefe de Estado durante una visita hecha este martes a Alto Paraguay.
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“Tenemos una mesa de trabajo con ellos; de hecho, respetamos mucho y ayer el ministro de Salud, en su informe, habló sobre la importancia y el reconocimiento que tenemos nosotros hacia la gran tarea que vienen haciendo las Iglesias en general, la Iglesia católica, para acompañar este proceso difícil que vivimos todos los paraguayos desde la emergencia sanitaria”, añadió el Presidente.
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Abdo minimizó lo dicho por Valenzuela, que apuntó a “un sector político que quiere someter a la Iglesia con arbitrariedades, con humillaciones, mientras se dedica al robo y la malversación”.
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“El 83% de la economía está abierta. Hay razones científicas sanitarias que construyen un protocolo que a lo mejor no satisfacen los pedidos de monseñor Valenzuela. Otras Iglesias están aceptando, otros obispos están aceptando, pero respetamos su posición y vamos a seguir conversando. Todas las críticas, los disgustos los tomamos como una mesa de trabajo (…) Agradecemos la enorme contribución de la Iglesia católica y de las otras Iglesias en este tiempo que vivimos”, concluyó el mandatario
Ayer, el Ejecutivo anunció como interlocutores entre las Iglesias y el Gobierno al ministro del Interior, Euclides Acevedo, y al de Gabinete Social de Presidencia, Hugo Cáceres. Hasta ahora, la medida de un máximo de 20 personas en casa misa o culto persiste. Los fieles deben agendarse primero para poder acudir a estas celebraciones.