Los pasajes de historia empiezan con la descripción de una máquina para hacer las monedas dentro del museo del Banco Central, la historia financiera de nuestro país desde el inicio. La acuñadora de monedas es una obra fantástica que a los encargados del museo les gusta llamar cariñosamente “el cañón monetario”. Fernández afirmó que “luego de investigar nos enamoramos de nuestra historia, al hablar del disparador de nuestro sistema financiero del Paraguay”.
Destacó que “con este cañón monetario se inicia durante el gobierno de Carlos Antonio López la acuñación de la primera moneda, 1/12. Resulta que al momento que nace la República del Paraguay durante el gobierno del dictador Gaspar Rodríguez de Francia existe todavía la moneda española que se llama el Real de plata. Como esa moneda está acuñada en plata, es la que va a estar vigente hasta que cuando llega al poder don Carlos Antonio López manda adquirir aquella acuñadora de monedas en Birmingham, en Inglaterra se manda hacer la primera acuñación y se preparan los cuños 1/12, en el anverso y en el reverso se ve la palma, el olivo y un león con el gorro frigio”.
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Pero don Carlos Antonio López es tan “genial”, según Fernández, que no se queda solamente con crear la moneda, es un pedagogo al 1.000%, porque aparte de enseñar que una moneda de plata valen 12 de estas nuevas monedas de cobre a la población de a pie, también va a emitir los billetes y les va a enseñar por dibujos el valor que tiene cada billete.
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“Pero no se contenta con eso, los billetes son emitidos por el Estado paraguayo, no existían bancos, manda imprimir también su firma. La firma de Carlos Antonio López se encuentra en el ángulo superior derecho de cada billete y dice lo siguiente: ‘para comprar un burro vale cuatro reales y para comprar un caballo vale dos reales’. Si nosotros nos ponemos a pensar, una camioneta vale 50 millones, vale más que un automóvil, que vale 25 millones. Es exactamente lo mismo la analogía: un burro valía más como una camioneta y un caballo valía exactamente la mitad”, refirió el experto.
Este sistema gráfico en los billetes facilitaba conocer el valor. Por ejemplo, en el billete de cuatro pesos se veía un arado con un buey, es lo que valía, el equivalente a un tractor de hoy.
“Al fallecimiento de don Carlos, su hijo Francisco llega a la presidencia del Paraguay y ya la población había aceptado el valor de los billetes. Disponen las autoridades de la época ya no incluir la firma del presidente de la Republica, tan solo van a cambiar de color”, informó.
Esta colección que existe en el Banco Central sigue la escuela que dice que hay que limpiar poco las monedas, porque así conservan la pátina del tiempo y mayor valor.
Después de la Guerra contra la Triple Alianza
Fernández dijo que, al final de la Guerra, en 1871 este gran sistema monetario creado por don Carlos Antonio López sufre un cambio drástico. “El nuevo gobierno que se instala posteriormente dispone la desmonetización, la anulación del valor de todos los billetes emitidos, inclusive hasta 1860, que -según nuestros historiadores economistas y monetaristas, el doctor Pedro Fernández, Washington Ashwell, Juan Bautista Rivarola Paoli, Robert Triffin inclusive- dicen que fue una maldad insana, no era necesario destruir este sistema de monedas, porque Paraguay se queda sin monedas”, lamentó.
Otro hecho significativo es que en 1883 se venden las tierras del Paraguay, el Estado necesitaba dinero para desarrollar y construir un país diezmado, pero no tenía moneda propia. “Por esa razón, durante el gobierno de Bernardino Caballero, el 14 de julio de 1886, dice la copia del Registro oficial, desde la promulgación de esta ley las monedas de oro y plata de Argentina tendrán uso legal en el Paraguay. Es a efectos de canalizar el pago por la venta de las tierras y se adopta el sistema monetario argentino desde entonces. Entre 1910 y 1913 no existían billetes nacionales para el cotidiano, hasta el punto que los boletos de la empresa transviaria, que había sido vendida al capital ingles Asunción Tramway Light & Power, sirven como billetes de cambio aunque eran billetes de tranvía.
Apasionante historia para agendar cuando acabe la pandemia y conocer con nuestros jóvenes esta historia de cómo surgieron los billetes. Además, hay una colección de joyas que vale la pena conocer.