Hoy se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis, cuyo lema este año es: “El tiempo corre”

El 24 de marzo se recuerda el Día Mundial de la Tuberculosis. La fecha trae a colación que, en 1882, el Dr. Robert Koch descubrió la bacteria que la causa. “El tiempo corre” alude al hecho de que al mundo se le está acabando el tiempo para actuar según los compromisos adquiridos por los líderes mundiales para acabar con la tuberculosis, según declara la OPS. Conozcamos esta afección y cómo afecta a nuestro país de la mano de una especialista.

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Los síntomas más frecuentes de la tuberculosis son: tos, fiebre y la pérdida de peso. La tos puede ser seca o con expectoración, sobre todo si es por un tiempo superior a 15 días. La fiebre es característica y frecuentemente es vespertina.

La doctora Rocío Gómez, neumóloga encargada de Tuberculosis- Multidrogoresiste en el Ineram, nos orienta para comprender que la tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa, la más letal del mundo aún. Es ocasionada por la bacteria Mycobacterium Tuberculosis.

Se contagia de persona a persona por el aire, al toser, estornudar y hablar. Estas bacterias ingresan por la vía respiratoria, se alojan en los pulmones y empiezan a multiplicarse afectando en un 85% a los pulmones, aunque de allí pueden desplazarse por la sangre a otros órganos del cuerpo y afectar los ganglios, el cerebro, la columna vertebral y otros.

¿Desde cuándo esta enfermedad se encuentra en Paraguay y por qué ha sido tan difícil erradicarla?

Ha afectado a la humanidad por milenios en el mundo. Los primeros casos en el Paraguay figuran en los registros como una de las enfermedades traídas por los conquistadores. En 1920 se hablaba de una franca epidemia por tuberculosis aquí y en la mayoría de los países de Sudamérica. Fue cuando se instaló el primer dispensario antituberculoso en nuestro país y se inició la profilaxis con la vacuna BCG. El mérito le corresponde al profesor doctor Juan Max Boettner, quien impulsó la construcción del sanatorio Bella Vista, destinado a enfermos pulmonares, lo que es actualmente el Ineram. Este sigue siendo centro de referencia para casos de TB complicados o de difícil manejo como la tuberculosis resistente a fármacos.

¿Por qué es tan difícil de erradicar?

Para nosotros es difícil aún erradicar la enfermedad por varios motivos, pero principalmente porque hablamos de una enfermedad crónica en la que una persona sana se infecta por estar en contacto con un enfermo de tuberculosis y esta puede llegar a presentar la enfermedad años después. El 10% de las personas que se contagian se enferman en meses o al año, pero el resto puede llegar a enfermarse hasta 10 años después del contagio. Entonces hablamos de que los 3.000 casos que aproximadamente tenemos cada año estuvieron contagiando a su entorno y estos pueden llegar a enfermar muchos años después y así seguir una cadena de contagio. Por otro lado, también están los casos de pacientes con falta de adherencia al tratamiento, que no realizan tratamiento o abandonan la medicación por problemas socioeconómicos, personas en situación de calle o con extrema pobreza, personas con adicciones a sustancias tóxicas, personas privadas de libertad donde, como sabemos, el hacinamiento de nuestras penitenciarías hace que el contagio sea mayor.

¿El impacto del COVID ha sido favorable para nuevos diagnósticos y negativo porque se ha centralizado la prueba en un punto del ministerio?

Durante todos estos meses de pandemia pudimos ver muchas variables en cuanto a los casos. Al principio creíamos que tendríamos pocos diagnósticos porque todo el esfuerzo estaba direccionado al COVID, pero sorpresivamente tuvimos muchos diagnósticos de forma indirecta. Siempre se realizaron actividades de búsqueda de casos de tuberculosis. Este año ocurrió que los pacientes acudían a nosotros por sospecha de COVID, principalmente aquellos que anteriormente convivían con una tos crónica. El COVID hizo que las personas acudan por síntomas respiratorios de una forma precoz y eso favoreció al personal de salud a estudiar la tuberculosis en ellos, a fin de descartar una u otra patología. También se realizaron más estudios de imágenes como radiografía y tomografía logrando diagnósticos de tuberculosis en los primeros estadios, cuando los síntomas son mínimos, eso favoreció bastante.

Puntos negativos tuvimos como todas las otras patologías porque en este tiempo todo estuvo enfocado al COVID, la oferta de diagnóstico de TB se mantuvo y se mantiene en la mayoría de los servicios, el trabajo de la red de laboratorios se siguió haciendo. Tuvimos más inconvenientes en el seguimiento de los casos sobre todo en la cuarentena. Y, por supuesto, tenemos pacientes con la asociación de tuberculosis y COVID que debieran recibir cuidados especiales.

Motivos del fracaso del tratamiento

¿Es cierto que ser hombre, indígena y VIH positivo tiene que ver con el fracaso del tratamiento?

De alguna manera sí, sobre todo porque es más frecuente en hombres por su alta exposición, ya que en nuestra población siempre se dio que el hombre tenía mayor exposición porque es el que salía de la casa a trabajar y así aumentaban sus posibilidades de contagio, las posibilidades de abandono y del seguimiento correcto. Aunque esto pudiera llegar a cambiar más adelante por el rol de la mujer hoy en día.

En la población indígena esta situación se da más bien por el estado de pobreza, el contar con menos educación y las condiciones de déficit nutricional y sus costumbres. Ellos son nómadas y de esta forma abandonan varias veces el tratamiento.

Con las personas que viven con VIH la dificultad va más por el sistema inmunitario comprometido; esto hace de que ellos tengan 50 veces más posibilidades de desarrollar la tuberculosis una vez que fueron infectados y de que presenten las formas graves de TB como las meníngeas, las cerebrales y las óseas. Por lo tanto, sí hay más riesgo de fracaso y de muerte como vemos en nuestros registros. Hoy hablamos de que la tuberculosis es la principal causa de muerte en las personas con VIH.

¿Existe una edad y un radio geográfico en los que se ven más casos?

La edad reproductiva es la franja etaria en la que es más frecuente la enfermedad, entre los 20 y los 50 años, el momento de mayor actividad social, uno sale estudiar y a trabajar, eso aumenta la exposición y el contagio.

Y en cuanto al radio geográfico, mayor cantidad de casos en Capital, Central y Alto Paraná. Estas tres regiones juntas hacen el 50% de los casos de TB en el año, y siempre tiene que ver con el contagio, mayor población, mayor circulación de personas, más actividades sociales. Las grandes penitenciarías se encuentran en estas regiones y la situación de frontera de Alto Paraná también es importante mencionar.

Los medicamentos en forma gratuita

¿El Ministerio de Salud otorga medicamentos a estos pacientes? ¿Cómo se siguen los casos para controlarlos cuando suceden en el interior?

Sí, la medicación es gratuita para los pacientes, el Ministerio de Salud bajo el ente rector que es el Programa Nacional de Tuberculosis otorga la medicación estandarizada e individualizada para todos los casos de tuberculosis en el país tanto a nivel central, como en todas las regiones sanitarias, bajo supervisión y estricto control de calidad externo. Los controles tanto aquí como en el interior se dan bajo el régimen del tratamiento estrictamente supervisado, que se intenta sobrellevar con mucho empeño, a pesar de las posibles dificultades que se podrían presentar en cada caso, siempre a fin de lograr la curación de nuestros pacientes.

¿Cuáles cree que son las fallas y las fortalezas de salud en cuanto a tuberculosis?

Aún no contamos con nuestra ley de tuberculosis, se está peleando bastante por llegar a ella. Sería una de las mayores fortalezas cuando se logre. Una de la fallas que yo podría mencionar hablando desde el ámbito hospitalario y como médica del Ineram, más dedicada a la atención exclusiva de pacientes con tuberculosis complicados, es que aún llegan los pacientes muy graves y con un diagnóstico muy tardío.

Y las fortalezas son la adquisición y descentralización de los métodos rápidos de diagnóstico que actualmente tenemos en el país y en casi todas las regiones, como es la PCR, estudio que otorga el diagnóstico rápido y específico de tuberculosis, además del personal de salud que se dedica a la lucha contra la tuberculosis hace años y de manera loable.

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