“Al lado de este edificio se construyó creo que hace un año o dos, un edificio que se llama 87th Park, es un edificio lindísimo, espectacular donde los precios comienzan en dos millones de dólares los apartamentos. ¿Tú crees que alguien va a invertir una cantidad tan grande de dinero si la zona estuviese en peligro? No”, dijo tajante rechazando algunas versiones que al menos desde allí las propias autoridades no consideran seriamente.
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Además la zona es conocida, tanto para profesionales como ella que se dedican a la venta de bienes raíces como para los compradores, como “muy bonita y muy cotizada”.
“Los precios más o menos corren entre el medio millón (de dólares), 600.000 o un millón de dólares. Estos apartamentos son bonitos, están frente mismo al agua. He estado por ahi y no es nada que tu puedas decir estaba horrible, estaba viejo, estaba acabándose, no”, comentó.
Algo que también por ejemplo va un poco en contra de la posibilidad de que el edificio haya tenido daños visibles es que antes de comprar una propiedad, se realiza una exhaustiva evaluación, así como por la edad, las propias autoridades someten a controles estrictos a los edificios como este que cumplió 40 años.
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“Este edificio justo tiene esa edad y estaban haciendo esas inspecciones, estaban haciendo algo en el techo para poder pasar la inspección, no creo que ese sea el motivo por el que se haya derrumbado”, acotó.
Si bien por experiencia y lógica puede llegar a este tipo de conclusiones, también se mostró prudente para intentar plantear una hipótesis del motivo del derrumbe, ya que ni las propias autoridades manejan aún posibles causantes de la tragedia. Su labor la llevó a estar incluso hace no tanto tiempo en el sitio y destacó que para nada el edificio mostraba indicios de deterioro.
“Cuando tu compras una propiedad aquí, tu pagas a un inspector una cierta cantidad de dinero que es mínima en comparación al valor que estas comprando y te hace una inspección punta a punta, entonces el inspector ya le hubiese dicho que ese edificio tenía problemas”, agregó sobre algunos aspectos esenciales del mercado en el que se maneja.
Igualmente comentó que si se determina que algún protocolo o norma de construcción falló, este evento indefectiblemente será un antes y un después para las ya estrictas normativas del Estado. “Me imagino que después de esto, si es que descubren que algo fue mal hecho, o que fue un problema del edificio, te puedo asegurar que los códigos (de construcción) van a volver a cambiar. Va a haber un antes y un después de esta tragedia”, acotó.