Se trata de la investigación sobre un abuso sistemático que ocurrió el 2020, al inicio de la pandemia, cuando la víctima quedó bajo el cuidado de su abuelo materno y una tía. Al padre le alertó encontrar que su hija llenó todo un cuaderno de 48 hojas con dibujos sobre sexo explícito. Al preguntarle el motivo, la niña contó que su abuelo le mostraba videos pornográficos.
La pequeña, que en ese entonces tenía 9 años, se fue a vivir con el padre para resguardarla de su agresor e inicialmente no se reportó el caso al Ministerio Público para no revictimizarla. Meses después, ante la posibilidad de perder la custodia y que la niña vuelva a vivir con su abuelo, el papá cambió de postura y radicó la denuncia.
Con el relato de la víctima y los dibujos del cuaderno como pruebas, la fiscala de Género de Villarrica, Perla Cáceres de Battaglia, imputó al sospechoso por el supuesto delito de abuso sexual en niños. El 14 de mayo, el juez penal de garantías de Villarrica que interinó la causa, Derlis Duarte Rolón, dictó su prisión preventiva.
El abogado del presunto abusador, José David Bogado, pidió medidas alternativas porque su cliente es “hipertenso y diabético”. El 28 de mayo, el juez penal de garantías de la causa, José Dolores Benítez, benefició al abuelo con un arresto domiciliario. Fundamentó el fallo en la Ley N° 6.350/19 que flexibilizó la prisión preventiva a favor de los procesados cuyas vidas corren riesgo por la posibilidad de contagiarse con covid-19.
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