Balística determinará si ataque en San Alfredo fue obra de la ACA-EP

Para hoy se aguardan los resultados de la pericia balística de las vainas de fusil, escopeta y pistola levantadas ayer en la escena del ataque contra una patrullera de la comisaría 12ª de San Alfredo y una camioneta de guardias privados de la estancia San Fernando. En el atentado, perdieron la vida dos policías y uno de los custodios de la hacienda que actualmente es arrendada por el expresidente Horacio Cartes. La principal hipótesis apunta al grupo terrorista Agrupación Campesina Armada - Ejército del Pueblo (ACA-EP).

La patrullera , tras ser atacada fue a parar contra un alambrado, al costado de la ruta.
La patrullera , tras ser atacada fue a parar contra un alambrado, al costado de la ruta.

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SAN ALFREDO, departamento de Concepción (Aldo Rojas Cardozo, corresponsal). El ataque del martes a la noche fue iniciado por al menos tres tiradores que usaron un fusil calibre 7.62, que pueden ser FAL o AK-47; un fusil calibre 5.56, que serían M16, M4 o AR-15, y una escopeta calibre 12, que puede ser de cualquier marca.

Estos tres criminales se ubicaron a un costado de la ruta asfaltada que sale del centro de San Alfredo a la Ruta PY22.

Según las vainas recogidas por efectivos de Criminalística, se nota que la patrullera M-120 de la comisaría 12ª local fue acribillada desde 100 metros antes de llegar a la Ruta PY22.

Como los disparos se concentraron contra el lado derecho del móvil policial, el suboficial principal Dionisio Ávalos Pereira (44), quien viajaba al lado del conductor, falleció prácticamente en el acto al ser alcanzado por una ráfaga de fusil y perdigones de escopeta.

El suboficial inspector Odelio Insaurralde Rodríguez (37), quien estaba en el asiento trasero, detrás del suboficial principal Ávalos, también salió herido en esa misma secuencia de disparos que, milagrosamente, no afectaron al chofer de la patrullera, suboficial inspector César Francisco Rodríguez Castro (35), ni al otro agente que iba detrás de él, suboficial inspector Juan Recalde (37).

El vehículo, ya seriamente dañado, llegó a salir a la Ruta PY22 pero al final cayó a una especie de cuneta y fue chocar contra una alambrada de la hacienda, cerca de la caseta de seguridad.

Los criminales persiguieron la patrullera y resultaron favorecidos por la caída del móvil a la cuneta.

En ese momento, el chofer Rodríguez y el que estaba detrás de él, Recalde, salieron corriendo y probablemente disparando sus pistolas, ya que en el lugar se levantaron vainas calibre 9 milímetros que corresponderían a las armas de los uniformados y no de los atacantes.

Dentro del vehículo siniestrado quedó el cuerpo de Ávalos, en el asiento de copiloto. El que estaba detrás de él, Insaurralde, intentó correr pero fue derribado con disparos en la espalda y la nalga. Luego fue rematado con escopeta.

Coincidencia fatal

Justo cuando se estaba produciendo el ataque contra los policías, llegó al lugar una camioneta Toyota Hilux blanca de los guardias privados de la estancia San Fernando, quienes se disponían a entrar por el portón principal.

La camioneta era manejado por Leónido Medina Ovelar (35). A su lado estaba su compañero Clemente Ramón Díaz Vera (27).

Estos probablemente no se dieron cuenta del ataque sino hasta el momento en que también fueron acribillados por uno de los fusileros que tuvo que retirarse de donde estaban atacando la patrullera.

Esa ráfaga mató instantáneamente el chofer Medina y dejó herido a su acompañante Díaz.

Ya con la escena dominada, los atacantes robaron las armas de sus víctimas y huyeron.

Hoy se va a saber si los disparos fueron efectuados con las mismas armas usadas por el grupo terrorista ACA-EP, que cometió otros ataques en la misma zona.

La estancia San Fernando, que pertenece a Victoriano Zavala (tío del senador Fidel Zavala), es arrendada actualmente por el expresidente Horacio Cartes.

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