Durante la pandemia del Covid-19 productores y vendedores de chipa sufrieron los embates de la profunda crisis económica. El sector supo capear la tormenta y ahora con optimismo nuevamente se está recuperando. Pero para las principales chiperías, ubicadas en el departamento de Cordillera, la larga sequía representa un nuevo desafío.
En la ciudad de Eusebio Ayala, en su otrora Barrero Grande, el rubro de la comercialización de chipa es significativo. Teodósio López, administrador de una conocida chipería, manifestó que los precios de los principales ingredientes que requieren este alimento aumento estrepitosamente debido a la sequía.
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“Anteriormente el almidón procedente del Guairá lo comprábamos a G. 84 mil por bolsa de 25 kilos, ahora hace cuestión de casi 2 meses subió a G. 115 mil. De igual manera la harina de maíz la comprábamos por el valor de G.180 mil y ahora está a G. 232 mil. Debido a estos incrementos, se tuvo que reducir el tamaño de cada chipa para que el precio se mantenga en G. 5 mil”, dijo López.
Si bien el tamaño se achicó, los consumidores optan por este tradicional alimento.
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Las chiperas indicaron que no han disminuido las ventas, y pasar por Eusebio Ayala de largo sin comprar chipa es inimaginable. Religiosamente los buses y vehículos particulares detienen la marcha en plena ruta para llevarse una “matula”.