La falta de psicólogos y alimentación escolar son las principales carencias en instituciones educativas, según coinciden docentes y estudiantes. El primer semestre del año lectivo está dejando al descubierto muchas falencias en cuanto a la problemática de salud mental y mala distribución de alimentos, principalmente en el interior del país, denunció Gabriel Espínola, vocero de la Organización de Educadores del Paraguay - Auténtica (OTEP-A).

Además, en escuelas y colegios señalan que se siente la falta de profesionales psicólogos que puedan facilitar la vuelta a clases presenciales, algo que ocurre plenamente desde este año, luego de la pandemia. Las vacaciones de invierno se inician el próximo 10 de julio y son hasta el 21 de julio.

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“Hubiese sido más llevadero si se tenía el acompañamiento de psicólogos o psicopedagogos, que lamentablemente no se cuenta dentro del sistema educativo con la cantidad necesaria”, lamentó Espínola. Recordó que el violento homicidio de una directora, por parte un alumno, en medio de un aula, en Independencia, que reveló que en todo el departamento de Guairá se contaba con solamente dos psicólogos en instituciones educativas.

Educación sin aulas, ni alimentación escolar

Igualmente, el profesional docente señaló que la leche, la merienda escolar, no llegan a las escuelas y colegios de los departamentos de San Pedro y Caazapá, dos de las zonas más carenciadas del Paraguay.

“La educación pública no puede ir de la mejor manera teniendo en cuenta la inversión que tiene. Hay gobernaciones como en el departamento de San Pedro, donde recién están distribuyendo la leche escolar, o en Caazapá, que ni siquiera están distribuyendo todavía”, lamentó.

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A su vez, Melina Matto, de la Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay (UNEPY), señaló: “Vamos a ver si al menos mejoran las aulas, porque hay goteras. También en cuanto a salud mental porque estamos mal en ese asunto”.

En ese sentido, los estudiantes y docentes piden que desde el MEC cumplan una mayor gestión interinstitucional para contar con acompañamiento psicológico en las escuelas y colegios.

“Mediante un acuerdo entre escuelas y universidades que formen psicólogos y que los estudiantes del último año puedan desarrollar sus pasantías, o la contratación inmediata de profesionales que puedan mitigar la falta en instituciones educativas”, propuso Espínola.