Este distrito es uno de los más antiguos del departamento de Itapúa. Su fundación data del 29 de junio de 1789, durante la administración del gobernador español Joaquín Alós y Bru. La ciudad conserva atractivos, testimonios de la arquitectura del Paraguay colonial, con viviendas que hasta hoy son habitadas.
La iglesia dedicada al santo patrono de la ciudad, San Pedro Apóstol, fue construida en 1844, con las características arquitectónicas coloniales.
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Su nacimiento fue como una respuesta a la creciente presencia de colonizadores españoles que se dedicaban a la ganadería, y tenían en la zona sus campos de pasturas.
Esta zona era entonces un dominio de los caciques guaraníes Kangó y Bobi -hermanos entre si- que se extendía desde la margen izquierda del río Tebicuary hasta el arroyo kapi’ibary.
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Durante las primeras décadas del 1900 fue una importante estación ferrocarrilera, desde donde se proveía de productos agrícolas, se cultivaba algodón, y se criaba ganado vacuno.
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Hasta la actualidad, la ganadería y la agricultura son sus principales fuentes de recursos. Se cultivan algodón, sésamo, soja, maíz, mandioca.
San Pedro del Paraná es uno de los municipios más extensos y poblados de Itapúa. Tiene una superficie de 1.421 Km2, y más de 35.000 habitantes. Cuenta con 74 compañías rurales. La cordillera del San Rafael, que se yergue entre los departamentos de Itapúa y Caazapá, tiene una de sus estribaciones en este distrito.
San Pedro es rica en historia. Un sitio lleva el nombre de “Campamento Cué”, que sería un lugar donde acamparon las Residentas en su diáspora, perseguidas por las tropas brasileñas, durante la Guerra contra la Triple Alianza (1865-1870).
Esta ciudad es cuna del renombrado poeta, músico y político, don Epifanio Méndez Fleitas. La compañía rural donde había nacido es conocida actualmente como “Fleitas kue”.
Una de sus características es que existe poca inmigración extranjera, como ocurre en otros distritos del departamento de Itapúa. Esto le da un toque distinto, y se puede decir que en San Pedro se puede ver ese “Paraguay profundo” que se adentra en la historia del país.
Es una comunidad de gente sencilla, laboriosa, pero que en los últimos años vive un inquietante aumento de la inseguridad, hecho que es reclamado por sus habitantes.