Peregrinos relatan sus experiencias de visitar a la Virgen de Caacupé

Numerosos peregrinos hicieron su caminata desde diferentes puntos del país para agradecer a la Virgen de Caacupé por los favores recibidos. Los feligreses expresaron sus experiencias y resaltan que llegan hasta la Basílica Menor para fortalecer la fe.

Graciela Pera con su nieta Dara Noguera, su hija Leidi Gayoso y su yerno Francisco Noguera.
Graciela Pera con su nieta Dara Noguera, su hija Leidi Gayoso y su yerno Francisco Noguera.Faustina Agüero

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Como ya es tradicional, la capital espiritual congrega a miles de fieles que llegan para agradecer por las bendiciones a la Virgen de Caacupé. Este año se tuvo la presencia de millones de visitantes que acudieron hasta la Basílica Menor.

El creyente Darío Azuaga manifestó que hace más de 17 años realiza su peregrinación desde Ñemby hasta Caacupé. “Desde muy chico mis padres me inculcaron esta tradición y hoy lo continúo con mi novia”, dijo.

Asimismo señaló que cada año acude a Caacupé para agradecer por todo lo que tiene y para pedir fortaleza.

“Venir a Caacupé nos hace fortalecer la fe. Uno viene aquí con la esperanza de ser mejor. Tenemos que ser agradecidos por lo que tenemos. A mí, la Virgencita siempre me cumple y por eso yo cumplo con ella”, resaltó.

Así también mencionó que otra de las cosas que le gusta de las misas de Caacupé es la sinceridad y sensatez con la que los obispos desarrollan sus homilías. “Me gusta escuchar cuando los obispos hablan de la realidad de nuestro Paraguay”, destacó Azuaga.

Otra de las peregrinas es Graciela Pera, de Curuguaty. Mencionó que hace 3 años realiza la peregrinación con su hija Leidi Gayoso, su yerno Francisco Noguera y su nieta Dara Noguera.

“Para mí venir junto a la Virgencita es algo maravilloso porque verla me da mucha paz y nos ayuda a darnos esa fuerza que necesitamos para seguir adelante”, dijo resaltando que visitar Caacupé no solo es un símbolo de fe, sino también de agradecimiento, sacrificio y devoción.

La señora Graciela indicó que la fe y el amor que tienen a la Virgen de Caacupé es algo muy grande. “Mi familia y yo somos muy creyentes y siempre tratamos de venir todos juntos para agradecer”, dijo.

“No hay un peregrino que salga insatisfecho después de visitar a Caacupé. Nosotros venimos para renovar nuestra fe y dar las gracias por la vida”, expresó.

Sobre la caminata que realizó con su familia desde Curuguaty, añadió que realizaron unos 300 kilómetros que ni se sintieron. “No nos cansamos y llegamos con mucha tranquilidad”, dijo.

Finalmente la peregrina instó a las familias a que salgan a peregrinar juntos, con sus seres queridos, porque hacer este tipo de actividades es lo que une y reconforta a las familias.

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