En general, no podemos decir que 2023 fue un buen año para la ganadería paraguaya, para la producción de carne bovina, porque fue un periodo en el que el
productor estuvo navegando sobre los bajos precios del ganado, refirió el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Dr. Pedro Galli, al ser consultado sobre cómo evalúa el periodo que cerró.
“Salimos de periodos bastantes difíciles, pandemia y sequías, que puso a la producción en una situación difícil; además, se arrastra un alto endeudamiento en el sector en general, con más de US$ 1.700 millones”, comentó.
Añadió que para tener una idea de la proporción de toda esa deuda, indicó que es comparable al monto íntegro de la venta del total de animales que se faenan en el año en el país, de cerca de 2.300.000 cabezas
Sin embargo, dentro de lo negativo también refirió que se produjeron hechos positivos en el año, como la apertura del mercado de EE.UU. para la carne paraguaya, que de alguna manera, aunque no pueda cambiar mucho a corto plazo, levanta el ánimo en la producción.
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“EE.UU. estaba en la lista de los cuatro mercados más grandes del mundo de los que nosotros estamos fuera, que son China, EE.UU., Korea y Japón; y bueno ya sale uno allí”, expresó.
También manifestó que hay que conocer la situación real del rubro, porque muchas cosas se deben corregir, muchos desafíos que requieren que se trabaje en conjunto, sobre todo, con la industria, con el Senacsa y con el Gobierno en general; eso, para trazar políticas públicas que permitan posicionar aún mejor nuestro producto estrella, la carne, en el mercado internacional.
Remarcó que la carne paraguaya está fuera del mercado de China, donde los otros países de la región, que son nuestros competidores, Argentina, Uruguay y Brasil, tienen más del 50% de su producción colocadas en ese destino.
Insistió que desde la Rural se espera que se implementen políticas públicas que permitan posicionar mejor la carne paraguaya en otros mercados, que hagan que los precios promedios del ganado a nivel local, sean mejor, para que el productor pueda acceder a un mejor precio.

“Los números no dan para la producción ganadera en confinamiento, para animales de alto valor, para ejemplares de mejor calidad, y si la situación persiste, podría seguir disminuyendo el rebaño nacional, porque en los últimos casi 10 años hay un parate en el hato; eso, después de haber crecido y casi duplicado el rebaño nacional, en los 20 años anteriores”, acotó.
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En otro orden, destacó que el logro de la promulgación de la Ley N° 7221/ 2023 que instituye el Sistema de Identificación Animal del Paraguay (SIAP), permitirá la implementación de la trazabilidad de todo el ganado, que permitirá cumplir con las exigencias de los diferentes mercados, demostrando que el ganado que nosotros estamos vendiendo cumplen con los parámetros de los destinos más exigentes.
A su vez, Galli citó también como logro la creación e implementación de la “Norma Paraguaya 20 036 22. Clasificación y Tipificación de Canales Bovinas del Paraguay”, que es otro proceso que permite que nuestros país gane todavía mayor confianza en los distintos mercados del mundo.
“Yo creo que también ayuda mucho la apertura del mercado de EE.UU., que al ser uno de los más exigentes del mundo, lógicamente mejora muchísimo la imagen de Paraguay como país creíble y que nuestra producción cumple con todas las garantías de sanidad, inocuidad y calidad que exigen los mercados más difíciles”, enfatizó.

El negocio ganadero se volvió imprevisible, dice referente
El ambiente de alegría que se generó en el contexto de la noticia recibida en los días previos a las fiestas de Navidad y Año Nuevo, con las históricas primeras exportaciones de carne vacuna de Paraguay a los EE.UU, de todos modos no impide que se pueda afirmar que el 2023 fue un año extremadamente difícil para la producción pecuaria, según la evaluación hecha por el presidente de la Comisión de Carne de la Asociación Rural de Paraguay (ARP), Dr. Mario Balmelli.
Argumentó que el negocio ganadero salió del marco de la previsibilidad y se volvió una actividad de riesgo, desde el punto de vista de la rentabilidad financiera, porque el precio del ganado fue bajando durante el 2022 en forma sostenida, llegando a un 15% por debajo del inicio del periodo anterior; y durante el 2023, cuando se creía que podría iniciar la recuperación, empezó a “serruchar”, subir - bajar, subir bajar, otorgando una alta imprevisibilidad, lo que frenó las inversiones y dificultó la retención de vientres, entre otras cosas, refirió el ganadero.
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Explicó que el ciclo productivo del ganado es diferente al de la industria y se requiere de la previsibilidad financiera para revertir la disminución del hato.
“La llamada sostenibilidad de la producción, de la carne, de lo que se quiera mencionar, tiene tres patas, debe ser ambientalmente amigable, socialmente inclusiva, pero también económicamente rentable, pero esta tercera pata nos está faltando”, enfatizó.
Sin embargo, admitió que este periodo de algarabía y alegría que se siente en el sector con la conquista del mercado de EE.UU. para la carne, podrá impulsar al rubro y que con un poco de tolerancia de ambos sectores para consensuar y llegar juntos a las metas y objetivos.
Sobre el hato vacuno indicó que años atrás había llegado a un pico de unas 14 millones de cabezas y luego se frenó e incluso comenzó a bajar.
Justificó que la caída del rebaño se dio porque las condiciones económicas no fueron las más favorables para permitir un resultado financiero auspicioso, lo que hizo que se venda el ganado.
En ese sentido declaró que lo que se debe hacer es más que nunca estar unidos, para tener un trabajo conjunto entre productores e industriales y el Estado, para buscar soñar y crecer. “Tenemos que lograr el consenso con los industrias y no es ningún secreto que los productores añoramos formar un marco institucional de trabajo, que es básicamente crear un Instituto Paraguay de la Carne (IPC).

Divisas de la ganadería al cierre de noviembre 2023
La ganadería inyectó desde enero al cierre de noviembre unos US$ 1.847 millones por las exportaciones de 564.754 toneladas en total, de todos los renglones, carne bovina y sus menudencias; carne porcina y sus menudencias; carne aviar y sus despojos, así como todos los productos y subproductos de origen animal, según el Senacsa. Solo carne vacuna, hasta noviembre, se envió 295.182 toneladas por US$ 1.411 millones.
