Calidad del aire: impacto de los incendios forestales en la salud respiratoria

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Una madre lleva a sus dos hijos estudiantes con tapabocas a la escuela, ante la baja calidad del aire por incendios forestales.
Una madre lleva a sus dos hijos estudiantes con tapabocas a la escuela. Los niveles alarmantes de partículas en el aire, alcanzan hasta 14 veces por encima del límite normal superior, especialmente en Asunción y el Departamento Central.

En los últimos días, la calidad del aire ha empeorado debido a los incendios forestales en diversas regiones del Paraguay y los países vecinos. Los niveles alarmantes de partículas en el aire, alcanzan hasta 14 veces por encima del límite normal superior, especialmente en Asunción y el Departamento Central.

El Mg. Dr. Sergio Aquino, Jefe de la Cátedra y Servicio de Neumología de la Facultad de Ciencias Médicas UNA, explicó sobre los efectos negativos de la mala calidad del aire, afectando tanto a personas sanas como a aquellas con condiciones respiratorias preexistentes.

“Las exacerbaciones respiratorias son comunes en estos escenarios, especialmente en grupos vulnerables como niños menores de 6 a 8 años, adultos mayores de 60 años, y personas con enfermedades respiratorias crónicas, alérgicas, asmáticas, fumadores, pacientes oncológicos, reumatológicos, diabéticos e hipertensos”, destacó.

Recomendaciones para reducir los efectos del aire de mala calidad

  1. Uso de tapabocas: preferiblemente utilizar mascarillas N95. Si no están disponibles, recurrir a mascarillas quirúrgicas o de tela.
  1. Evitar actividades al aire libre: minimizar las actividades al aire libre, tanto de día como de noche, ya que la mala calidad del aire persiste las 24 horas.
  2. Monitoreo de la salud: mantener la continuidad de cualquier tratamiento médico indicado y, ante síntomas como congestión nasal, estornudos, tos, catarro o dificultad para respirar, buscar atención médica inmediata.

El Dr. Aquino aconseja tomar medidas preventivas para reducir al máximo los efectos del aire contaminado, ya que prevenir al 100% no es posible, pero sí es crucial minimizar los riesgos.