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Comenzó en una época en que la bicicleta era el principal medio de transporte para muchos en la ciudad. Con el paso del tiempo, y a pesar de los desafíos, su taller “La Curva”, llamado así por su ubicación en un desvío hacia la zona rural, se mantuvo firme, brindando un servicio valioso para la comunidad. Hoy en día, con el auge del uso de la bicicleta para el deporte y el esparcimiento, Don Arnulfo sigue viendo cómo su trabajo es apreciado y necesario.
Con el apoyo de su esposa, hijos y una clientela fiel, Don Arnulfo pudo superar los momentos difíciles. Su taller, además de reparar bicicletas, también ofrece servicios de mantenimiento de motocicletas, lo que le permite diversificar su negocio. A lo largo de los años, ha forjado relaciones cercanas con sus clientes, convirtiéndolos en amigos, algo que considera uno de los mayores logros de su carrera.
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Este sábado, para celebrar tres décadas de éxito, Don Arnulfo organiza una ceremonia religiosa y sorteos como una manera de agradecer a todos aquellos que han sido parte de su recorrido. Su historia no solo refleja el crecimiento personal y profesional de un hombre trabajador, sino también cómo el apoyo familiar y la perseverancia pueden generar grandes frutos. Con sus hijos encaminados a ser profesionales, su historia inspira a muchos a “pedalear” con firmeza en la vida, apoyándose en la familia y el trabajo constante.