“Neposobrinos”: designan fiscal para investigar caso de la senadora Cabrera

Iván Ramiro Giménez Cabrera (25 años) y su hermana Iris Rebeca Giménez Cabrera (20 años), y la madre de ambos Laura Cabrera Petters.
Iván Ramiro Giménez Cabrera (25 años) y su hermana Iris Rebeca Giménez Cabrera (20 años), y la madre de ambos Laura Cabrera Petters.

La Fiscalía General del Estado designó, este lunes, a un agente fiscal que se encargará de investigar el caso que involucra a Iván Ramiro Giménez Cabrera e Iris Rebeca Giménez Cabrera, “neposobrinos” de la senadora Noelia Cabrera, sobre la posible comisión de hechos punibles contra el patrimonio del Estado.

Fue designada la agente fiscal Laura Giacummo de la Unidad Especializada de Delitos Económicos y Anticorrupción, con sede en Asunción, para investigar la posible comisión de hechos punibles contra el patrimonio del Estado por parte de los “neposobrinos” de la senadora liberocartista Noelia Cabrera, según informaron este lunes desde la Fiscalía General del Estado.

“La Fiscalía General del Estado ha tomado conocimiento de una noticia criminis, a través del informe Nº 1875/2025, presentado por la Dirección de Análisis de Información Estratégica que da cuenta de la posible comisión de hechos punibles contra el patrimonio del Estado, los cuales por su naturaleza revisten relevancia penal y ameritan la intervención del Ministerio Público, a fin de promover la investigación correspondiente en cumplimiento de su deber constitucional de ejercer la acción penal pública”, señala el documento.

También este lunes, los “neposobrinos” se pusieron a disposición del Ministerio Público, a través de su abogado Ricardo Estigarribia.

Tanto Iván Ramiro Giménez Cabrera como Iris Rebeca Giménez Cabrera se encuentran envueltos en un escándalo de supuesto nepotismo y planillerismo.

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La semana pasada, un medio de comunicación reveló que Iván e Iris Giménez, quienes eran funcionarios nombrados de la Cámara de Senadores con sueldos mensuales de 13 y 8 millones de guaraníes, respectivamente, trabajaban frecuentemente en un estudio jurídico privado – propiedad de la pareja de la senadora Cabrera – en horas en las que deberían haber estado en sus puestos de trabajo en el Congreso Nacional.