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Así lo señaló Carlos Heisele, extitular de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), al ser abordado sobre el nivel de vulnerabilidad del sistema eléctrico.
La noche del viernes, aparentemente miembros del EPP derribaron mediante explosivos dos torres de alta tensión en Concepción, lo que dejó a oscuras a 450.000 usuarios. Debido a la magnitud del daño, se demoró la reposición del servicio e incluso hospitales resultaron afectados por la falta de energía.
En las primeras horas de la fecha, el actual titular de la proveedora estatal del electricidad, Víctor Romero, reconocía que existe preocupación sobre nuevos atentados, debido a que este último demuestra que “ya saben cómo causar daño”.
A su vez, Heisele coincidió con su sucesor y recordó los anteriores intentos de derribar las torres en el Norte, que en su momento no tuvieron éxito. “En esa ocasión no llegaron a derribar torres, pero sí causaron daños”, recordó. “Ahora se especializaron, se perfeccionaron. En los dos intentos anteriores no les dio resultado pero obviamente ahora ya sabrán cómo hacer”, acotó.
El extitular de la ANDE reconoció que existe un alto grado de vulnerabilidad, principalmente en el área de influencia del EPP, por lo que hay riesgo de nuevos ataques como el perpetrado la semana pasada. “Realmente, es una situación muy expuesta; están muy expuestas las estructuras ante una situación de hechos vandálicos”, aseveró.
Al ser abordado sobre la posibilidad de que atentados de esta naturaleza puedan incluso trasladarse hacia la capital, Heisele indicó que tal posibilidad es remota, considerando que en la ciudad la densidad poblacional es mayor. “En Asunción, cualquier situación anormal podría ser fácilmente reportada”, refirió.
Explicó que, para este tipo de hechos, los criminales neesitan entre dos y tres horas para preparar los explosivos y las condiciones en sí. “Esto no es tarea de poco tiempo. Sin ser experto, puedo decir que hacer un trabajo para derribar una torre de alta tensión lleva horas de trabajo. Esto solo se puede hacer en un lugar inhóspito, de poca circulación de personas”, agregó.
Al ser abordado con respecto a la medida que se podría aplicar para reducir los riesgos de atentados contra las líneas de la ANDE, Heisele insitió en que se trata de un problema complejo y difícil de manejar, debido a la extensión del campo vulnerable. Indicó, sin embargo, que -considerando que los criminales necesitarían al menos tres horas- se podría aplicar patrullajes permanentes, principalmente en áreas distantes y donde el EPP acostumbra actuar.
Reconoció que establecer guardias fijas en cada torre de alta tensión es una posibilidad lejana y casi imposible. “Lo que se puede hacer es un recorrido permanente, que gente verifique la zona continuamente, para minimizar o anular cualquier riesgo”, refirió.
El extitular de la ANDE indicó que los grupos como el EPP fácilmente pueden aprovecharse de la vulnerabilidad de las redes para dejar sin electricidad a miles de poblaciones. “Esto es tremendamente delicado a nivel país, porque se atenta contra intereses económicos del país”, sostuvo.
El atentado perpetrado contra dos torres de Horqueta dejó sin energía a pobladores de Caaguazú, San Pedro, Concepción, Amambay, Alto Paraguay y Presidente Hayes. Según la última evaluación de la ANDE, fueron 450.000 las personas que quedaron sin el servicio, inclusive por más de 24 horas. La interrupción provocada por el ataque generó igualmente problemas en los hospitales del área afectada, además de pérdidas a comerciantes.