El obispo del Vicariato del Chaco, monseñor Gabriel Escobar, durante la homilía destacó que todas las cartas encíclicas escritas por Francisco hablan de un papa humano, tierno, cercano y preocupado por el hombre sin excepción alguna, donde los más excluidos son los preferidos de Dios, atendiendo a que nadie los defiende en este mundo de injusticia.
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El papa se preocupó por poner al hombre como centro de toda la creación, donde se lo cuide y promueva en todas sus dimensiones. Por ello, nos pide ser guardianes y protectores de nuestra casa común, que es la Tierra y todo su ecosistema, refirió el monseñor.
Francisco deja, de manera especial para nuestro pueblo paraguayo, la enseñanza de privilegiar a la patria antes que a los negocios particulares. También nos deja el amor, respeto y valoración hacia la mujer, saber darle el lugar que le corresponde dentro de la sociedad y en la Iglesia, expresó el monseñor.
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Destacó que uno de los mayores legados que nos deja el Sumo Pontífice es la fe. Por eso, nuestra fe debe estar comprometida en el ámbito social de nuestras vidas; de lo contrario, nada tiene sentido para el desarrollo humano, afirmó el monseñor.
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Francisco, con sus enseñanzas, demostró ser un hijo de Dios que pasó haciendo el bien, como lo hizo Jesucristo en su vida mortal. El obispo pidió a los fieles ver a la Iglesia de puertas abiertas como un gran hospital de campaña, y ser constructores de puentes, nunca de muros que nos puedan separar y dividir.

El oficio religioso, desarrollado en la catedral de María Auxiliadora de esta capital departamental, contó con la presencia de estudiantes y maestros de instituciones educativas, así como también de representantes del municipio, el Poder Judicial, la Policía y las Fuerzas Armadas.
