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“Mi hija fue torturada mucho antes de su muerte”, dice con la voz quebrada Oscar Barreto, padre de Tatiana, quien falleció cuando estaba en Bolivia de vacaciones con su madre, Fátima de Jesús Velázquez Galeano, quien trabaja en nuestro país.
Tras la separación de la pareja, la justicia le había concedido un permiso de tres meses a la madre, para que viaje al vecino país donde trabaja. “Yo le conocía bastante bien (a Fátima), era muy impaciente con su hija, no estaba preparada para ser mamá. Ella decidió ir a trabajar a Bolivia, me envió certificados de trabajo, se fue más de un año y mi hija vivió conmigo todo ese tiempo, y ella quería verle, Tatiana decía que le extrañaba, entonces fuimos al Juzgado y dio el permiso por ese tiempo”, contó a ABC Color.
Recientemente, la mujer envió una carta a nuestro diario, declarando estar “secuestrada” por la justicia boliviana hace más de un año, en la cárcel de Obrajes de La Paz y asegurando ser inocente de la acusación de infanticidio. “Eso es mentira, lo que dice en la carta, por algo está presa. Voy a desmentir todo lo que dice”, responde su expareja.
La muerte de la niña, según las investigaciones, fue a consecuencia de un traumatismo de cráneo, que la pareja de Fátima, Sergio Graff, dijo que fue producto de una caída por las escaleras que sufrió la menor.
Sin embargo, el informe forense revela el cruel castigo que padeció Tatiana antes de fallecer: Lesión de centros nerviosos superiores, traumatismo de cráneo grave - hundimiento de unos cinco centímetros de diámetro - traumatismo de tórax. Además en el cuerpo se encontraron numerosas hematomas, varias de ellas producidas mucho antes del día de su muerte.
“El resultado final es que fue torturada, mi hija fue maltratada mucho antes de morir, tenía dos costillas rotas que datan de diez días antes de su muerte, le arrancaron el cabello, tenía moretones por todo el cuerpo, tenía marcas de dedos en el cuello, que demuestra que quisieron asfixiarla, el hombro dislocado, golpes en los labios, un moretón enorme en la espalda, y también en ambas piernas”, repasa afligido el padre.
Tatiana estaba a solo siete días de regresar de Bolivia, sitio donde pasó de la peor manera los últimos tres meses se su vida. “Tengo una foto de mi hija, que me pasó el hermano de la mamá, que fue tomada diez días antes de su muerte, y ella estaba totalmente golpeada, con moretones en varias partes”, acota y agrega “ ella ya estaba por venir, y me iba a contar todo lo que sufrió allá”.
Oscar Barreto sostuvo que no fue informado por Fátima que ya tenía pareja e incluso vivía con él. “Ella decía que vivía con su tía, luego cuando ella me llamó, y me dijo que falleció mi hija, no le creí eso de que cayó por las escaleras, por eso fui a Bolivia para saber la verdad y ahí me enteré de todo”, expuso.
La situación era más complicada todavía, la madre - cuenta Oscar - dejaba a la niña por las noches a solas con Sergio Graff, su pareja, inclusive testigos afirman que ambas eran golpeadas constantemente por el hombre. “La dueña de la casa que alquilaban le encaró a Fátima y le dijo que ya no mienta, porque ella escuchaba cómo le pegaba a ambas”.
Actualmente Fátima Velázquez Galeano y Sergio Graff se exponen a una condena 30 años de prisión por el delito de Infanticidio en calidad de autores, sin posibilidad de indulto.
Pero hasta ahora el misterio todavía sigue intacto, qué es lo que motivó que la pareja cometa semejante acto contra una niña. “Eso es lo que nosotros queremos saber, queremos saber la verdad, por eso estamos hace un año con esta lucha”, sostiene Barreto.
La paraguaya Fátima de Jesús Velázquez Galeano, de 21 años, a través de una carta enviada a nuestro diario denunció estar secuestrada por la justicia boliviana desde hace más de un año, en la cárcel de Obrajes de La Paz.
La joven compatriota está imputada por infanticidio por la muerte de su hija Tatiana Barreto Velázquez, de tres años, ocurrida el 24 de abril de 2015 en el país vecino.
Según el escrito, la paraguaya alega ser inocente y traslada la responsabilidad a su expareja, Sergio Rubén Graff Fernández, también recluido en Bolivia y a cuyo cuidado estaba la criatura el día en que ocurrió la tragedia.
Sergio Graff declaró que la niña murió al caer por las escaleras en el departamento que habitaban, en La Paz. El caso se produjo mientras la madre de la criatura, Fátima Velázquez, se encontraba trabajando. Sin embargo, para la justicia boliviana la menor paraguaya fue asesinada a golpes, por lo que mantiene encerrados al padrastro, como principal sospechoso, y a la madre, como eventual cómplice.