“Vivía golpeada, amenazada” aseguró a ABC Cardinal Jara sobre lo que padecía la tía de la menor, expareja de Agustín Anzoategui, principal sospechoso y que había sido denunciado por violencia doméstica.
Dijo que, cansada de los malos tratos, se hartó y lo abandonó para luego denunciarlo; además, le prohibió ver al hijo que tienen juntos, por lo que Anzoategui se había molestado y juró que haría daño a la familia. “Me voy a vengar”, había advertido el hombre, según el relato del tío. Si bien la menor asesinada nada tenía que ver con la pareja, éste la habría escogido para materializar su venganza. El sospechoso y la tía de la menor estuvieron juntos por unos cinco años.
