“Ante toda acción corresponde una reacción”, así trató de justificar Daisy Irala la actuación de Alcides Oviedo Brítez, el condenado líder del grupo criminal autodenominado EPP que la mañana de este viernes golpeó a un juez.
El hombre, que cumple pena de prisión por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, fue hasta la sala de juicios orales del Poder Judicial, en el barrio Sajonia de Asunción, donde se debía realizar una audiencia preliminar pues fue imputado por la Fiscalía por el caso del secuestro de Arlan Fick.
Una vez dentro de la sala y aprovechando que ya lo habían liberado de las esposas, Oviedo Brítez saltó y propinó un golpe de puño contra el magistrado Hernán Centurión.
“Alcides reacciona así, creo que justificadamente, porque de manera injusta está siendo sometido nuevamente a un proceso penal cuando que él está permanentemente aislado en un calabozo”, agregó Irala luego de lo ocurrido.
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Según la letrada, el gobierno de Horacio Cartes se encargó de planear toda esta situación luego de que se haya presentado una solicitud de prisión condicional para Oviedo Brítez, algo a lo que, según Irala, el secuestrador tiene derecho a acceder.
“Él tenía ya derecho a la libertad condicional porque tenía un excelente comportamiento durante estos diez años de reclusión. Entonces se fueron a provocar esta situación”, puntualizó.
Irala señaló que el criminal no quiso colaborar con el Gobierno y que ese “fue otro de los motivos de esta imputación aberrante”.
“Alcides me dejó en claro que no va a colaborar ni con éste ni con ningún otro gobierno que sea antipopular y que el gobierno deje de jactarse de supuestas preocupaciones humanitarias, que le preocupa la vida de Arlan, porque en la realidad con esta imputación demuestra que no le preocupa nada”, puntualizó.
“Fue una situación provocada por el propio gobierno para hacerle procesar nuevamente, porque se negó a colaborar con el gobierno y Alcides Oviedo no va a colaborar con ningún gobierno antipopular”, sentenció.