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Con el paso del tiempo, varios de ellos dejaron de jugarse, como el kambá ra'ãnga, señala Jacinta Leguizamón a ABC TV. Agrega que tampoco ya se realiza el “casamiento koygua” ni el “kure ñembohuguái. “Al toro candil le tenía mucho miedo, para mí era desesperante cuando venía hacia mí, y tenía que trepar en cualquier lado”, dice.
Añade que el tata ári jehasa “es jodido”. “Lo hice una sola vez en mi vida, cuando tenía 10 años”, explica. Para él, el secreto de pasar sobre un montón de carbón encendido, sin quemarse, es “caminar tranquilo”, no corriendo. Añade que la sensación es como pisar algo electrificado que sube a uno por todo el cuerpo.
De acuerdo a la tradición católico-romana, la fiesta de San Juan es una fecha muy esperada para las solteras. La tradición incluye “pruebas” para dar con el “indicado” o saber si este es el gran año del “sí, quiero”.
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Durante el mediodía del 23 se introduce un cuchillo en el banano y se deja hasta el mediodía del 24. Al retirarlo se podrá interpretar la forma que dejó la herrumbre; se dice que la letra que aparece es la inicial del nombre del futuro novio o novia.
Al salir a la calle, el 24 por la mañana, la mujer debe preguntar el nombre al primer varón que pase al lado; su inicial será la misma que la del nombre de la pareja o futuro esposo.
Esta prueba propone que, a la medianoche, las solteras introduzcan en un plato con agua dos agujas sin usar. Si estas se unen, indica que se casarán pronto; si no, la suerte del amor está lejos de ellas.
A la medianoche del 24, las mujeres y hombres deben mirar por la ventana a la calle y verán pasar a su pareja en persona.
Para conocer la inicial del futuro esposo, las chicas deben echar gotas de la cera de vela en una palangana con agua y allí se formarán las letras. Esta prueba se puede realizar a la medianoche y al mediodía del 24 de junio.
La prueba de los limones se realiza para saber la edad aproximada de la persona con la que se casarán. A medianoche, los solteros deben arrancar un fruto del limonero; si la fruta está madura, él o la esposa será mayor. Si es verde, el pretendiente será menor. Otra de las pruebas consiste en que las solteras escriban el nombre de los pretendientes en los limones, bajo la almohada. A medianoche deben sacar un limón y descubrir quién será su esposo.
Una prueba para valientes es la del espejo. A medianoche, los solteros o solteras deben mirarse en un espejo nuevo. Allí verán reflejada la cara de su futuro esposo o esposa, o de lo contrario verán al diablo.
Se deben derramar gotitas de tinta en un papel blanco, doblarlo en cuatro partes y ponerlo bajo la almohada. Al despertar, se debe revisar la hoja y se encontrarán símbolos de lo que ocurrirá en el futuro.
Las chicas que busquen novio deben escribir los nombres de los varones que conocen en papelitos y meterlos en una tela azul bajo la almohada. A la mañana deben sacar un papelito y allí descubrirán quién será su príncipe azul.
Hay que colocar tres papas debajo de la cama: una sin pelar, otra a medio pelar y la tercera pelada. Si agarrás la pelada, quiere decir que el matrimonio no está en tu futuro.
Si querés saber quién va a ser tu marido o esposa, enterrá tres porotos, asignándole a cada uno el nombre de tres pretendientes. Aquel que amanezca más brotado será tu futuro cónyuge.