El panel de debate de la 17ª edición del ITINERARIO 2026, organizado por la Asociación de Profesionales de la Construcción (AProCons), dejó una definición compartida entre economistas, financistas y desarrolladores: Paraguay enfrenta una oportunidad histórica para atraer grandes capitales, pero el desafío será estar a la altura de las nuevas exigencias del mercado.
La discusión giró en torno al financiamiento de infraestructura, el rol del mercado de capitales, la inversión privada y las limitaciones estructurales del crédito hipotecario.
El panel estuvo integrado por el Econ. Jorge Garicoche, director de Mentu Aliados; el Abg. Pablo Cheng Lu, presidente de la Bolsa de Valores de Asunción; el Ing. Diego Vuyk, director de CODAS Vuyk y CRESIA; César Paredes, presidente de CADIEM; y Alejandro Zuccolillo, CEO de ZUBA y fundador de ELEVA, IAM y REM Industries.
Crecimiento sí, pero con riesgos latentes

El economista Jorge Garicoche destacó que el país “va viento en popa”, aunque señaló que el crecimiento por sí solo no garantiza sostenibilidad.
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Comparó el escenario paraguayo con el de economías emergentes que crecieron rápidamente sin una adecuada gestión del riesgo y terminaron en crisis.
Alertó sobre las limitaciones fiscales del Estado, el futuro de los ingresos de Itaipú y la necesidad de que las alianzas público-privadas dejen de ser una opción para convertirse en una herramienta estructural de financiamiento.
También señaló el potencial desaprovechado de activos públicos subutilizados, como puertos y escuelas, que podrían transformarse en oportunidades de inversión.
El mercado de capitales se prepara para jugar en ligas mayores
A su vez, César Paredes, presidente de Cadiem, explicó que la nueva Ley de Mercado de Valores no es solo una actualización normativa, sino la base para construir una infraestructura financiera capaz de recibir fondos internacionales de gran porte.
Destacó la separación entre la Bolsa de Valores y la Caja de Valores como un paso clave para generar confianza.

Uno de los conceptos centrales del debate fue el “doble grado de inversión”. Actualmente, Paraguay cuenta con una sola calificación de grado de inversión, pero obtener una segunda permitiría el ingreso automático de grandes fondos institucionales, especialmente fondos de pensiones.
El problema, advirtió Paredes, es la escala: muchos de esos fondos no analizan proyectos por debajo de los 100 a 150 millones de dólares, y algunos directamente exigen montos superiores a los 500 millones.
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Desde la Bolsa de Valores, Pablo Cheng Lu reforzó esta idea al señalar que el sector de la construcción debe dejar de depender de proyectos atados al pago del Estado y avanzar hacia modelos autosustentables mediante project finance, emisiones de deuda y capitalización en el mercado.
La lógica de anticiparse al capital internacional
Desde la experiencia concreta del desarrollo inmobiliario, el Ing. Diego Vuyk explicó cómo la empresa atravesó un proceso de transformación que reflejó el cambio de lógica del sector.
Señaló que la desarrolladora, con más de 47 años de trayectoria, pasó de operar con esquemas basados exclusivamente en preventa y equity propio a estructurar proyectos pensados desde su origen para interactuar con fondos de inversión.

En ese proceso, destacó el caso Link Center, concebido hace más de dos años bajo la premisa de que Paraguay alcanzaría el grado de inversión y comenzaría a recibir capital extranjero de gran escala.
Según explicó, el proyecto fue diseñado para desarrollar, construir, hacer “performar” el activo y, una vez en funcionamiento, venderlo de forma íntegra a un fondo internacional.
“Los grandes fondos no analizan proyectos menores a USD 50 millones”, afirmó, al subrayar que la clave hoy es pensar en estabilidad, previsibilidad y escala para acceder al financiamiento internacional.
“Se eleva la vara y el que no se prepare quedará afuera”

Por su parte, Alejandro Zuccolillo advirtió que Paraguay está ingresando en una etapa de mayor exigencia para las empresas y los profesionales; y que quienes no inviertan en profesionalización quedarán fuera de competencia.
En ese contexto, explicó que la calificación de riesgo A− obtenida por ZUBA forma parte de un proceso de preparación anticipada ante la llegada del capital internacional.
“Los fondos no van a tocar cualquier puerta por un lindo PowerPoint”, afirmó, al subrayar que la debida diligencia, la transparencia contable, el cumplimiento normativo y la capacidad real de repago serán condiciones mínimas para acceder al financiamiento.
También advirtió que el sector inmobiliario paraguayo sigue siendo poco regulado y que, como ocurre en otros países, podrían avanzar mecanismos obligatorios como pólizas de fiel cumplimiento y fideicomisos para proteger a compradores e inversores.
Vivienda, crédito hipotecario y fondos inmobiliarios
En el tramo referido a la vivienda, Zuccolillo expuso uno de los datos más contundentes del panel: los créditos hipotecarios representan apenas el 1,8 % del PIB en Paraguay, frente al 25 % de Chile, el 10 % de Brasil y más del 70 % en Estados Unidos.
Actualmente, en el país se otorgan alrededor de 2.700 créditos hipotecarios por año. Ante este límite estructural, planteó que los fondos inmobiliarios, los REIT y esquemas como el “rent to own” pueden convertirse en herramientas clave para ampliar el acceso a la vivienda desde el sector privado, permitiendo que el historial de alquiler sirva como respaldo para la compra.
Sostuvo además que “un país lleno de inquilinos es un riesgo de país”, porque debilita el arraigo económico. Sin embargo, remarcó que el principal cuello de botella sigue siendo el fondeo de largo plazo, atado a la debilidad del sistema previsional.
Fue crítico con el actual modelo del IPS, al señalar que la combinación entre salud y pensiones drena los recursos previsionales y desalienta los aportes, y advirtió que sin una reforma profunda del sistema el crédito hipotecario difícilmente podrá expandirse de manera significativa.
Formalidad o exclusión

El debate cerró con una idea transversal: el acceso al gran capital exigirá un salto en formalidad.
César Paredes lo sintetizó al afirmar que será necesario abandonar esquemas grises, profesionalizar la contabilidad y asumir que la inversión de gran escala solo llega con reglas claras.
Asimismo, Garicoche recordó que Paraguay logró reducir de forma importante la pobreza en las últimas dos décadas, pero advirtió que el crecimiento solo se sostendrá si se transforma en desarrollo real.
Desde AProCons, se remarcó que la construcción no observa el proceso desde afuera: es uno de los motores principales de la transformación económica del país.
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