Desde la Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay (AICP), gremio que representa a más de 250 empresas, el panorama es optimista, aunque con la conciencia de los grandes desafíos que persisten. Santiago Colombino, vicepresidente segundo de la AICP, en conversación con ABC Negocios destacó el crecimiento sostenido y la diversificación de la producción como clave para este éxito.
US$ 312,1 millones en exportaciones: un salto del 17,2% en 2024
Según detalló Colombino, el año 2024 se ha convertido en un hito para la industria paraguaya de confecciones. Las estadísticas de comercio exterior revelan un desempeño extraordinario, que no solo supera las expectativas, sino que establece un nuevo punto de referencia para el sector. Según los datos presentados por la AICP, las exportaciones de confecciones y textiles alcanzaron US$ 312,1 millones al cierre del año, lo que representa un notable crecimiento del 17,2% en comparación con el año anterior. Este incremento no es solo un indicador financiero, sino que refleja un esfuerzo colectivo por mejorar la productividad, la calidad y la competitividad en mercados cada vez más exigentes. Este aumento en el valor de las exportaciones se vio acompañado por un volumen de producción que también alcanzó cifras récord.
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En total, el país envió 57.123 toneladas de productos textiles al exterior, consolidando una tendencia positiva que se mantiene ininterrumpida. La capacidad de la industria para producir y exportar a esta escala demuestra una infraestructura instalada cada vez mayor y una mano de obra capacitada que se está convirtiendo en el pilar del crecimiento nacional. La visión de las empresas, que apuestan por la calidad y la diversificación, ha sido fundamental para lograr estos resultados, permitiendo que la producción local compita con éxito en el ámbito internacional.Destacó, además, que los números del primer cuatrimestre de 2025 confirman la tendencia al alza: las exportaciones ya suman US$ 105,8 millones, un dato que anticipa un nuevo año de crecimiento. Pero el crecimiento no se limita únicamente a las exportaciones.

El dinamismo del sector también se refleja en la inversión interna. Las importaciones de insumos, necesarios para sostener y aumentar la producción, registraron un repunte del 8%, mientras que la compra de bienes de capital –maquinaria y equipos– creció aún más, con un impresionante 19,4%. Esta última cifra es particularmente significativa, ya que demuestra la confianza de los empresarios en el futuro del sector, invirtiendo en modernización para mejorar la eficiencia y la productividad. Es una señal clara de que la industria se prepara para un futuro de mayores desafíos, principalmente intentando empujar la escasa formación para esta industria de mano de obra intensiva.
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Un 7% del PIB y 233.000 empleos
Más allá de las cifras de exportación, la industria textil y de confecciones es un pilar fundamental para la economía de Paraguay, con un impacto profundo en la generación de empleo y en la estabilidad de miles de familias. El referente del sector textil enfatiza que el sector manufacturero en su conjunto representa cerca del 7% del producto interno bruto (PIB) nacional, una contribución que lo sitúa como uno de los principales motores económicos del país. Dentro de este sector, la rama de las confecciones desempeña un papel crucial, siendo una fuente masiva de empleo y oportunidades. Las estadísticas de empleo son una de las cartas más fuertes que presenta la industria. Se estima que el sector genera cerca de 33.000 empleos directos, lo que convierte a las empresas de confecciones en una de las principales empleadoras formales en el país. Pero la influencia del sector va mucho más allá de los puestos de trabajo directos. La cadena de valor que se articula en torno a la producción de prendas de vestir y textiles es inmensa, abarcando desde proveedores de materias primas hasta servicios de logística y comercialización. En total, se calcula que la industria es responsable de la creación de alrededor de 200.000 empleos indirectos, una cifra que subraya su rol vital en la dinamización de la economía en su totalidad. Sumando ambos tipos de empleo, el sector sostiene a un total de 233.000 personas, una población equiparable a la de una ciudad grande, demostrando la capacidad de la industria para ser un verdadero motor de desarrollo social.

El 98% de las exportaciones bajo el régimen de maquila, concentradas en Brasil.
En otro momento resaltó que, si bien la industria paraguaya está diversificando su oferta, el mercado brasileño sigue siendo el principal destino de sus productos, representando una oportunidad estratégica innegable. Las cifras indican que Brasil absorbe aproximadamente el 98% de las exportaciones de confecciones bajo el régimen de maquila, una modalidad que ha sido clave para el crecimiento del sector. Esta concentración demuestra que el país debe cuidar su competitividad en la región. A pesar de este dominio, el sector también está logrando incursionar en otros mercados importantes, con envíos a países como Argentina, Estados Unidos, Uruguay, Canadá y diversas naciones europeas, lo que muestra un camino hacia la diversificación y una menor dependencia de un solo mercado.
Catálogo de productos
En cuanto a la oferta exportable, la industria ha demostrado una gran capacidad para diversificar su catálogo de productos. El rubro de la blanquería –ropa de hogar como sábanas y toallas– se destaca como la principal categoría, ocupando el 30% del total de las exportaciones. Le sigue de cerca la categoría de prendas elaboradas, que incluye trajes, pantalones y vestidos, con una participación del 18%. Otras categorías de indumentaria, que abarcan una amplia gama de productos, completan la oferta con un 13%. El referente destacó que el modelo de negocio prevalente es el de la maquila, donde casi el 90% de las empresas nacionales exportan el 100% de su producción bajo este régimen, quedando cerca de un 11% de la producción a nivel local.
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Contrabando y la prohibición desde el año 2000
A pesar de los logros y del crecimiento sostenido, la industria paraguaya para el mercado local enfrenta obstáculos significativos que amenazan con frenar su impulso. Uno de los más relevantes es el contrabando y la competencia desleal de ropa usada, un problema endémico que afecta directamente a la producción local.
Santiago Colombino señaló que, aunque no se dispone de cifras oficiales, el impacto de la informalidad es “enorme” y representa un aspecto muy nocivo a la formalización y a las inversiones. La permeabilidad de las fronteras facilita el ingreso de productos de bajo costo, principalmente de Asia y Brasil, que inundan el mercado local y compiten de manera desleal con las empresas nacionales que sí cumplen con todas las normativas laborales y tributarias.A este problema se suma la importación de ropa usada, un flagelo que persiste a pesar de estar prohibido por ley desde el año 2000; su presencia en el mercado sigue siendo significativa, afectando a la producción local y a la imagen de la industria.
La falta de datos oficiales sobre el volumen y el valor de estos flujos ilegales dificulta la formulación de políticas públicas efectivas para combatirlos. Otro desafío crítico dijo que es el acceso a financiamiento en condiciones competitivas. El costo del capital en Paraguay sigue siendo un factor limitante, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que buscan invertir en tecnología y modernización. A esto se suman los desafíos logísticos, como la falta de una salida directa al mar, que encarece los costos de exportación y reduce la competitividad de los productos paraguayos en mercados más lejanos.

Del 19,4% de inversión en maquinaria a la creación de marcas propias
Mirando hacia el futuro, la AICP tiene una visión clara y ambiciosa. La industria ya ha dado pasos importantes en la modernización, como lo demuestran el aumento del 19,4% en la importación de bienes de capital. Pero el desafío es ir más allá. La articulación con el sistema de formación y centros tecnológicos ha permitido que un número creciente de empresas adopte herramientas digitales para el diseño y la preproducción.El objetivo a largo plazo es que Paraguay sea reconocido no solo como una industria básica de maquila, sino como un creador de marcas y productos de diseño propio, competitivos y sostenibles. Para lograrlo, el sector se enfoca en tres pilares: innovación, identidad, diversificación de la producción, además de una mayor articulación entre el sector privado, el ámbito académico y el Gobierno. Los incentivos legales vigentes, como el régimen de maquila, el Decreto Nº 4746 y la Ley de Etiquetado, son herramientas útiles, pero, como advirtió Colombino, no son suficientes. Necesitan ser complementados con políticas públicas que aborden las brechas en educación técnica, infraestructura y financiamiento.







