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La ciudadanía está cada vez más harta de los legisladores que se aprovecharon de su posición política para ubicar a sus hijos, yernos, esposas, parientes y correligionarios, sin concursos ni méritos.
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En el cartismo hay nerviosismo porque le están boicoteando a su propio gobierno, que promete que “vamos a estar mejor” y cada vez estamos peor.
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Encima Santi Pet no tiene ni permiso para condenar públicamente este “carnaval” presupuestario, que están cometiendo los de su mismo equipo político. ¿Quiénes ponen ahora el palo en la rueda?
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Desastrosa la gestión de los legisladores cartistas Raúl Latorre (Diputados) y “Trato Apu’a” Ovelar (Senado) administrativa y legislativamente.
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Pero se viene lo peor. Atención con lo que planean hacer: el “Patrao” quiere degradar aún más el Congreso Nacional y ya emitió la “orden superior” para que el bloque cartista y sus aliados apoyen a Rodrigo Gamarra como nuevo titular de la Cámara de Diputados.
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Gamarra tiene un “prontuario” político terrible y forma parte del “ala dura” del cartismo. Acaba de exhortar a los “nepochupasangres” que denuncien a los periodistas que les hacen preguntas sobre vínculo laboral. Esa es su carta de presentación.
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Además, el año pasado el diputado por Central calificó de “locas” a sus colegas mujeres, específicamente de la oposición, quienes vienen denunciando hechos de corrupción. Obviamente, no le alcanzó a todas las legisladoras el insulto.
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Ese tipo de personajes y de discurso caen muy bien en el quincho del “Patrao”.
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El cartismo cree que se desviará la atención con la imputación del senador cartista Hernán Rivas. Veremos cómo termina el proceso judicial.
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Este chico debe ser expulsado del Congreso. Con el desafuero nomás no alcanza.
