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No solamente resulta llamativo sino peligroso que este chico Coronel haya minimizado un hecho tan grave, que consiste en dirigir a “control remoto” una imputación contra un expresidente de la República y exautoridades del gobierno colorado anterior.
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Además, un agente del Ministerio Público prestándose a esta manipulación como si fuese un dactilógrafo. Y después se pasan pidiendo al Congreso aumento salarial y otras ampliaciones presupuestarias para “dignificar” la tarea de un fiscal.
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Dejaron que se enfríe un poco el tema y ahora “el quincho” vuelve a la carga con la vendetta política contra autoridades del gobierno anterior, a quienes culpan de su desgracia por las sanciones que recibió de EE.UU.
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Mientras tanto, están haciendo “la vista gorda” con el escandaloso caso del “Osito Jodidito”. Nadie puede creer por qué sigue ocupando una banca con los dos antecedentes de ocupación de propiedad.
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Había sido que el diputado liberal Pedrito Gómez estuvo también en la repartija de bidón con agua ajena, de la propiedad atropellada. Y así nos va.
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Santítere está feliz de la vida en EE.UU., paseándose en moto, disfrutando de las mieles del poder. Tal vez ya se enteró de que en Paraguay la salud está empeorando bajo su gestión, la inseguridad crece tanto como las motos que compra, la persecución política es la “hoja de ruta” del equipo político al cual pertenece, incluida la comisión “garrote”.
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Al cartismo le interesa más perseguir a las ONG que a los delincuentes en las calles y a los que meten la mano en la lata. Hasta a Santítere no le gusta el proyecto que presentó KachiBachi. Eso ya es mucho.
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Así como están las cosas, se viene una nueva reculada como fue la Unión Europea, etc. Eso de perseguir las ONG para combatir el lavado de dinero es un disparate mayúsculo de tinte dictatorial.
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Los “geniolitos” están cumpliendo al pie de la letra el plan del grupo porque en el fondo buscan acallar voces críticas que cuestionan su modelo dictatorial. Por ahí realmente va la cosa.