Un poco difícil soportar tantas emociones en un solo día y sobre todo, controlar la ansiedad con dos hechos importantes. Más todavía esperamos 18 de diciembre para elegir autoridades que van a elecciones generales en abril del 2023, fecha que llegará en un abrir y cerrar de ojos. Los resultados nos indican claramente cuáles son las preferencias de los votantes. Volvimos una vez más a constatar que el bipartidismo (rojo y azul) domina el espectro político social. Los nuevos partidos por más que ofrezcan proyectos innovadores y savias frescas, obtuvieron escasos votos, lo cual señala que somos poco proclives a cambios e ideas renovadoras. Veremos que ocurre en abril próximo. El partido colorado con Santiago Peña al frente y Efraín Alegre, encabezando la concertación entrarán en una competición dura, ya que la oposición pondrá todas sus fuerzas para intentar vencer a un rival difícil.
La lista de ganadores que pelearán por diputación y senadurías, así como posibles gobernadores y concejales departamentales ya se están publicando. De a poco, la ciudadanía los fue conociendo para escogerlos en las urnas. Siendo muy sinceros y objetivos, podemos decir, que no contamos con mucha reserva moral y que lamentablemente la mayoría de las figuras están salpicadas por oscuros pasados de corrupción, lo que nos desanima bastante al mirar el futuro. Mucho nos falta a los paraguayos aprender sobre cívica y moral; mucho nos falta para aprender a valorar los votos; mucho nos falta para aprender a participar, opinar, reclamar y debatir. Los dirigentes políticos no se encargan de enseñar a su gente sobre estos temas cruciales. Solo se presentan a la hora de pedir votos y conducirlos a los sitios de votaciones y enseñar de memoria cómo tienen que elegir a los candidatos. Tanta es la ignorancia, que es muy fácil darse cuenta de este triste espectáculo.
No podemos negar que todos somos ignorantes. Cada uno en un tema específico. Pero no podemos ignorar estos temas de las elecciones, de los partidos políticos, de las malas acciones de nuestras autoridades. No podemos ignorar nuestros deberes y derechos; no podemos ignorar la importancia de nuestros votos porque después lloramos cinco años de miseria y corrupción. Eso es lo que no nos enseñan que por nuestra culpa estamos así como estamos, sin poder salir del atraso.
Por eso debemos abrir los ojos y despertar a la realidad. Salvar la dignidad y la decencia, nuestra condición de seres humanos nos hace merecedores de una mejor calidad de vida, para nuestra familia y toda la patria. No permitamos más ser arreados ni manipulados. No permitamos más que nos tomen como dóciles borregos que se encaminan hacia el matadero. Basta de ofrecer pan y circo al pueblo para entretenerlo mientras los del poder hacen de las suyas. Tenemos que usar la inteligencia y la razón. Darnos cuenta que siempre nos mienten y nos roban. Sobre todo roban los sueños de los niños y jóvenes de este país. Los malos políticos son el infortunio del Paraguay que convierten a la hermosa nación en un circo romano. No permitamos más estas desgracias.
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