La verdad siempre prevalece, apreciado Mario

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Para quienes peinamos –tratando de disimular con mayor o menor éxito- algunas canas, el nombre Mario Aníbal Ferreiro Sanabria no requiere de presentaciones. Por lo menos un par de generaciones pudimos disfrutar y seguimos disfrutando de la solvente y elegante presencia de este conductor televisivo, disk-jockey, locutor radial, corresponsal de prensa y escritor que con mucho profesionalismo, autenticidad, don de gente y despojado de toda ínfula de divo supo dirigir por años los programas de mayor audiencia de la televisión nacional, espacios radiales amenos y también certámenes de elección de mises, además de presentar eventos de todo tipo, y en todas estas actividades supo ganarse el respeto y cariño del público.

Una enciclopedia musical: No solamente sabía “pasar” los temas de moda en las fiestas en las que fungía de DJ detrás de las consolas, adivinando los tiempos y estados de ánimo de los presentes, también conoce la evolución a través del tiempo de los grupos, la historia detrás de cada tema musical y los cambios que se iban dando dentro de las agrupaciones, al margen claro de saberse al dedillo todo lo relacionado a los Beatles, la agrupación británica que es su gran pasión, junto a la vida y obra de cada uno de sus integrantes.

Entre sus ocupaciones mencionadas anteriormente, omitimos –a propósito- la de político, carrera a la que se aventuró en el 2012 junto a Fernando Lugo por el Frente Guazú, del que se alejó por diferencias con aquél para presentarse como candidato de la Concertación Avanza País, resultando ganador de las elecciones Horacio Cartes, tras lo cual volvió a lo que sabe hacer, es decir a dedicarse al periodismo.

Los cantos de sirena de la política volvieron a obnubilarle, y es así que en el 2015 retorna a esas arenas traicioneras de la mano de la Concertación para, en alianza con el Partido Liberal Radical Auténtico, que supo ver en él a la figura nueva, fresca y atractiva que los votantes buscaban, para postular a la Intendencia Municipal de Asunción, que ganaría por más de 23 mil votos a su favor teniendo como rival a Arnaldo Samaniego, quien era el favorito según varias encuestas. De esta forma, terminó con 15 años del partido colorado en la intendencia de Asunción. Lo que se dice: No es poca cosa.

Para caminar ese terreno fangoso, además de conocer de música, se requiere de uñas de guitarrero: Esa victoria efímera duraría hasta diciembre de 2019, en que “optó” por renunciar después de que la fiscalía iniciara una investigación por una supuesta recaudación paralela, en la que estaban armadas pruebas tan contundentes que no tuvo otra opción más que aceptar la que le ofrecían, es decir abandonar el cargo para pasar a ocuparlo en forma interina el entonces Concejal y actualmente Intendente electo de Asunción Nenecho Rodríguez.

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Un hombre o mujer precisan de 20 años para construir una buena reputación en torno a su persona, es el tiempo que se calcula para el paso de una generación a otra. Para lograr esto, deberá cuidar su conducta, moderar y poner atención en su lenguaje, cuidar sus relaciones personales y muchos otros aspectos. Mario hizo todo esto, teniendo incluso la grandeza personal de exponer públicamente aspectos de debilidad que le afectaron mucho en cierta época de su vida, circunstancias que supo sobrellevar con altura siendo hoy un ejemplo para mucha gente.

Se consideran claves para lograr una buena reputación a nivel individual la discreción, el cumplimiento de los compromisos pactados, reconocer las fronteras de la propia capacidad y saber cuándo pedir ayuda como así también despojarse momentáneamente de los roles rígidos, además de tomar las decisiones correctas y asumir siempre las consecuencias de las mismas.

Todo este enorme trabajo personal que llevó adelante Mario -en cuyo lugar podríamos haber estado usted o yo- dio al trasto cuando se topó de bruces contra un contubernio entre políticos oficialistas por un lado y supuestos opositores por el otro (la peor casta de todas), por molestar en el horizonte de los intereses de los primeros y –cuando no- representar pingües ingresos para los bastardeados segundos.

Muy parecido al concepto de la reputación es el de la fama, que refiere a las cualidades de una persona o de una cosa, siendo en el caso de las primeras consideradas de una u otra forma por un grupo importante compuesto de mucha gente, de acuerdo al concepto que hayan construido de la misma a través del tiempo, siendo requeridos para la construcción de ese camino renunciamientos, esfuerzos y mucho sacrificio personal.

Se necesitan 20 años para construir una reputación, y 5 minutos para arruinarla, tan sencillo como eso. Y no faltarán quienes, motivados por distintas razones, estén dispuestos a llevar adelante bajezas de este tipo; ahora bien, como ciudadanía dispuesta a sacar conclusiones rápidas a partir de editoriales impresas entre gallos y medianoche o expresiones desafortunadas de periodistas alquilados, démonos también la oportunidad de crecer analizando todos los descargos y verdades que salen a luz después de un amplio debate jurídico, y saquemos conclusiones valederas.

Si obramos así, nos habremos fortalecido como sociedad y la hermosa verdad lavará las afrentas injustas a que fue sometido un ciudadano de la Patria.