Dos aspectos hemos de tener en cuenta para una buena participación: la procesión de Ramos, que indica el triunfo de Jesús como rey verdadero y victorioso, y, a la par, comprendemos mejor su Pasión: y nuestra pasión en esta vida.
A la gente le gusta llevar los ramos para la procesión y después guardarlos en casa, sin embargo, esto debe ser un testimonio de fe en Cristo, como único Señor, y en su victoria sobre el mal y la muerte. Jamás se ha de guardarlos como un tipo de amuleto, para alejar a los malos espíritus.
En la larga y dramática lectura de la pasión del Señor hay un momento en que un hombre desenvaina la espada y corta la oreja de un criado del sumo sacerdote, y Jesús le dice así: “Guarda tu espada, porque el que a hierro mata, a hierro muere”.
Esta es una de las tantas enseñanzas que debemos aprender, pues es grande la tentación de usar la violencia para resolver nuestros conflictos. Varias personas creen que con gritos, amenazas y golpes lograrán lo que desean y saldrán airosas en todas las disputas.
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La realidad no es así, pues a través de la violencia doméstica, cuando, particularmente, el varón es agresivo hacia su pareja, lo único que consigue es causar heridas emocionales y desmotivación, que, a la larga, pueden destruir la relación. La mujer también puede ser violenta en su relación matrimonial, seguramente no tanto con agresión física, sino con una actitud doble y un sinfín de mentiras.
Lo mismo vale cuando se tratan a los hijos pequeños con nerviosismo y sin respetar la etapa de su crecimiento. Los padres estarán “usando la espada” cuando ponen en práctica el nefasto principio: “Haga lo que yo digo, pero no hagas lo que yo hago”.
No debemos “usar la espada” en las actividades que realizamos en la calle, es decir, en nuestro trabajo y esparcimiento, porque la intimidación genera falta de sinceridad y también genera más violencia.
Quien vive de la espada, muere por la espada: es el bumerán de la vida. Podemos acrecentar: quien vive del contrabando, muere del contrabando, quien vive de la promiscuidad sexual, muere por la promiscuidad sexual, etc.
Procure ser una persona más centrada que resuelve sus problemas con diálogo, con humildad y con fe en Dios. Ojalá la Semana Santa sea tiempo de oración, y no solamente oportunidad de turismo y de farra.
Paz y bien.