Itaipú y las instituciones para el desarrollo

Los números muestran que la próxima década necesita soluciones innovadoras y audaces para revertir la crisis económica que se seguirá profundizando. Un cambio en el país es urgente, e Itaipú es una llave fundamental. Necesitamos una mirada político-institucional a la entidad, y transformar su estructura de gobierno, hoy al servicio de intereses externos, a un diseño institucional del futuro, de soberanía, transparencia y eficiencia, para el desarrollo nacional.

Se avecina la crisis, debemos cambiar

Diversas instituciones proyectan que el crecimiento promedio del PIB de Paraguay de 4.8% (periodo 2003-2018) no podrá replicarse en la próxima década, lo que agudizará la crisis y las brechas.

Ante ello, organismos nacionales e internacionales sostienen que realizar ajustes a la funcionalidad de las instituciones económicas es un imperativo, poniendo la lupa en el análisis de las instituciones para el desarrollo.

Itaipú, como institución clave para la economía paraguaya, se encuentra dentro de la agenda, colocando un debate fundamental para la proyección tanto de la entidad como del país y la región: la mirada político-institucional a la entidad.

En general, por acción u omisión, la dimensión política suele obviarse en los análisis de Itaipú al más alto nivel. Bajo el discurso de la cooperación entre los países, y emulando la gran obra que representa la represa, se suele dejar de lado la mirada a su estructura de poder.

Sin embargo, allí radica el corazón de Itaipú, y la llave para que la misma se vuelque a servir al desarrollo nacional. Un cambio institucional en el esquema de manejo de la entidad es fundamental y necesario.

El límite del manejo de Itaipú

La empresa binacional de Itaipú, creada en 1974, se rige por el Tratado de Itaipú firmado entre las dictaduras militares de Brasil y Paraguay, en el cual se crea una figura que no existía en el Derecho Internacional Público: el de la entidad binacional.

La misma Itaipú detalla en sus informaciones oficiales que su naturaleza jurídica es “sui géneris”. En palabras de la entidad, “abordar el perfil jurídico de la Itaipú Binacional, es entrar en un campo que todavía reclama una profundización que establezca criterios científicos definitivos”.

Una entidad regida por un Tratado internacional, compuesta por dos Estados pero que se encuentra, empero, por encima de estos.

La estructura de gobierno de Itaipú la componen el Directorio Ejecutivo y el Consejo de Administración. Los cargos de cada lado son designados por el Poder Ejecutivo de Paraguay y Brasil, respectivamente.

Sin embargo, el diseño institucional hace prevalecer un control externo de la entidad. Las decisiones sobre el manejo del 50% paraguayo se toman en el Consejo de Administración, donde, al necesitarse un consenso, se da a Brasil, de facto, el poder de veto real.

Estas decisiones atañen a los fondos, al uso de la energía, el manejo financiero, el territorio, entre otros. A su vez, en la operativa, las principales direcciones, como la Técnica y la Financiera, se encuentran bajo control de directivos brasileños.

El presupuesto de la entidad se maneja por fuera del Presupuesto General de Gastos de la Nación. Así, estos fondos que corresponderían a Paraguay no son transparentados, ni decididos desde el Estado paraguayo, ni auditados.

El caso de la deuda espuria de Itaipú, de público conocimiento, detalla con claridad este proceso. Una deuda espuria, sobrefacturada, que, sin embargo, fue pagada en su totalidad, pese a haber sido auditada y demostrada su ilegalidad por el órgano soberano del Estado paraguayo, la Contraloría General.

La información de la entidad, en palabras de la misma Itaipú “pertenecen a la propia entidad, y, por consiguiente, no se hallan a libre disposición de terceros interesados ni de organismos estatales”.

Bajo el argumento de que “la doctrina y la jurisprudencia niegan el carácter público de la información de Itaipú, en razón de su naturaleza jurídica binacional”, la entidad ha negado reiteradas veces pedidos de acceso a la información pública por parte de la ciudadanía.

Esta negativa al acceso a la información pública le ha valido a la entidad una demanda ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA, actualmente en curso.

Un diseño institucional para el futuro

Si queremos resultados distintos, no podemos seguir haciendo lo mismo. Itaipú es una llave estratégica para el desarrollo, y una clave fundamental para evitar la crisis económica en el futuro cercano.

Sin embargo, no lo será si el esquema de manejo y la estructura de poder se mantienen como están. Es necesario un nuevo diseño institucional que responda a los criterios de transparencia, soberanía y eficacia, para ese futuro de prosperidad.

Una entidad donde las decisiones del 50% paraguayo se tomen en el Estado paraguayo. Donde los fondos del 50% paraguayo sean manejados y auditados desde el Presupuesto del Estado. Donde las normativas y reglas nacionales se apliquen y tengan valor.

Las lecciones que Itaipú puede y debe dar son muchas. Más aún, considerando que gran parte del potencial energético a explotar a nivel mundial se encuentra en fronteras entre dos o más países, como el litio de nuestros vecinos.

Los ojos de la ciudadanía paraguaya, así como de la comunidad internacional, se encuentran sobre el país. Un análisis real sobre la base de los hechos y la evidencia científica se hace más que necesario.

* Politóloga, docente e investigadora. Integrante de la Campaña Itaipu ñane mba´e. @cvuyk. ceciliavuyk@gmail.com

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