Tarea para el Ministerio Público

Este artículo tiene 2 años de antigüedad

En una visita a Ciudad del Este, la semana pasada, el fiscal general del Estado, Emiliano Rolón Fernández, escuchó reclamos e inquietudes en reuniones con representantes de distintos sectores de la sociedad altoparanaense. Primeramente, el encuentro fue con empresarios y comerciantes, quienes pidieron combatir de forma seria y en un trabajo en conjunto la inseguridad.

Se sabe que los principales problemas del microcentro esteño son los constantes casos que afectan a turistas, como estafas y asaltos, siendo uno de los principales cuestionamientos la impunidad a causa de la floja actuación del Ministerio Público en la mayoría de las veces.

Los industriales, por su parte, centraron sus quejas en el contrabando y las “zonas liberadas” para la comercialización de mercaderías de ingreso ilegal. El Puente de la Amistad (Ciudad del Este) y el Puerto Tres Fronteras (Presidente Franco) son las principales vías por las que ingresa el contrabando en esta zona del país.

Hacer la vista gorda a estos hechos es una práctica común de funcionarios aduaneros y marinos, gracias a la permisividad de actores (fiscales) que deben cumplir el rol de investigar. Una falencia que se repite en casi todas las causas.

Estos son solo algunos ejemplos de las profundas deficiencias que viene arrastrando el Ministerio Público, cuyas características se encuentran en un mismo centro, la corrupción. Una institución que debería velar por el cumplimiento de la ley, no ha sido más que –en muchos casos– una cueva de delincuentes, sometida a poderes fácticos, vendiéndose al mejor postor y pervirtiendo la justicia.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Al término de las reuniones el fiscal general habló de los ya sabidos “aprietes” y de los famosos “recaudadores”. En ese sentido, fue enfático al referir que no se aceptarán actos de corrupción de fiscales y aclaró que nadie puede proponer nada a su nombre ni invocarlo, agregando que existen grupos de presión que manipulan el normal funcionamiento del Estado.

La corrupción ha distorsionado y socavado la confianza en las investigaciones y procesos judiciales, por lo que es fundamental que la Fiscalía recupere su independencia para garantizar que las decisiones se tomen de forma imparcial. Se deben establecer mecanismos de control más rigurosos y una supervisión efectiva de las actividades de los fiscales, a fin de prevenir y detectar actos de corrupción.

Recuperar la esencia y la integridad de la institución queda como tarea en Alto Paraná.

patricia.alvarenga@abc.com.py