Imparable delincuencia

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La delincuencia no es un problema; es síntoma de una enfermedad estructural que persiste y aumenta cada vez más, no solo en el departamento de Cordillera, sino en todo el Paraguay.

Tanto es así que hoy en día la seguridad se ha vuelto un lujo que pocos pueden tener. Esto se refleja en los numerosos robos que sufren los ciudadanos que cada día se esfuerzan para salir adelante.

En solo una semana, en la ciudad de Caacupé se robó una moto, un automóvil y despojaron de G. 40 millones a un comerciante, luego encontraron el vehículo con el que se había ejecutado el hecho inciderado en un baldío y los efectivos policiales pudieron corroborar que ese automóvil había sido denunciado como robado.

Asimismo, en una estación de servicios de la zona de Ramal Piribebuy, dos trabajadores pasaron un mal momento cuando fueron intimados por cuatro delincuentes, que los golpearon y les robaron G. 500.000.

Pero eso no fue todo, los ladrones también trataron de llevarse el cajero de una estación de servicios, utilizando el mismo modus operandi, o sea, arracándolo a la fuerza como hicieron en otras ciudades. Ante estos hechos los comerciantes expresan su preocupación por el aumento alarmante de la inseguridad y los asaltos de cada día en Cordillera.

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La Dirección de la Policía Nacional reconoce que todos los días se registran robos, que en su mayoría son protagonizados por jóvenes adictos a las drogas.

En definitiva, esto no es un problema, es una enfermedad social que se extiende entre los jóvenes por la falta de recursos económicos.

Si la delincuencia fuera un problema, creo que ya se habría solucionado de manera transversal a lo largo de todo el mundo, sin embargo, todo pasa por ofrecer otras alternativas a los jóvenes para acceder a una mejor condición de vida, gracias al estudio y al acceso a una fuente de trabajo.

faustina.aguero@abc.com.py