Política y expectativa en 2024

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Comenzó un nuevo año y son muchas las expectativas de la gente. Algunos fieles seguidores del cartismo ya están mejor, mientras el pueblo sigue esperando. No hay salud, no hay educación, ni seguridad para la población. Los precios de la canasta familiar están por las nubes mientras muchos compatriotas siguen viajando a España por falta de trabajo. La cuestión del transporte público es un desastre y las calles con miles de baches que los municipios no arreglan. Desde el uno de enero entró a regir el tema del estacionamiento tarifado y falta nomas ya que nos cobren por el oxígeno que respiramos. Sinceramente, con este calor húmedo sofocante y poco movimiento de personas, poca circulación de efectivo, después de los Reyes Magos, Troya está que arde y la paciencia se agota.

No podemos ser tan fantasiosos en creer que 2024 será el mejor año para nuestro país, en que lloverán la prosperidad y la abundancia como maná del cielo. Que la situación mágicamente se va a resolver y vamos a vivir en el país de las maravillas. Nada de eso es real y debemos prepararnos con estos gobernantes que nos tocan. Ellos disfrutando en las frescas y paradisiacas playas mientras el pueblo ya no tiene el pan dulce ni la sidra y debe guarecerse de los intensos rayos solares bajo el mango. Ni las frutas del mango están sanas y el Ministerio de Agricultura no se ocupó de tratar la enfermedad de esta planta para que podamos consumirla en verano. Ni eso hacen estos haraganes parásitos que cobran sin realizar ningún trabajo. Se llevan jugosos salarios por el solo mérito de ponerse el pañuelo colorado en el cuello y hacer hurra a sus líderes.

Como ciudadanos comprometidos debemos pensar y reflexionar. Estos primeros días de un nuevo año son momentos propicios para tomar conciencia de la realidad. No podemos dejar que ellos manejen todos los asuntos a sus antojos y decidir los grandes temas a espaldas del pueblo. Y como los cartistas son mayoría en parlamento son funcionales a los intereses de su patrón e ignoran a la gente que los voto para hacer algo bueno por el Paraguay. Por eso, tenemos que mirar todo lo que está mal y denunciar. Levantar nuestra voz de protesta y salir a las calles hasta lograr que ellos realicen bien sus trabajos. Cuando van a estudiar un proyecto de ley todos debemos estar afuera mirando las pantallas y observando quienes votan a favor o en contra. Hay que sacarles las máscaras a estos sinvergüenzas que prometen una cosa y después hacen macanadas.

Todo depende de nuestra valentía y fortaleza. No nos dejemos pisotear por estos tránsfugas. Mientras permanecemos callados y dormidos, ellos se hacen ricos y sacan leyes para sus propios beneficios. Se apoderan de todas las tierras de los pueblos originarios. Devoran las arcas del Estado y hacen tráfico de influencias. Mientras permanecemos dormidos y callados ellos ponen a todos sus amigos en lugares claves y fundan más empresas para sus familias. Mientras estamos calladitos y dormidos tragan los préstamos y las donaciones. Mientras estamos callados y dormidos ellos trafican con drogas, con rollos, con personas y niños. Explotan la pornografía infantil y regalan a los brasileros nuestra fauna y flora.

Es la hora de despertar gente. Estos vienen por nosotros y por nuestros hijos. No nos proporcionan salud ni seguridad. Ni vivienda ni trabajo. Tampoco intentan hacer algo para darnos agua limpia y alimentos saludables. Nada nos da y todo nos saca, hasta las ilusiones y las esperanzas. Si no hacemos la revolución van a acabar con nosotros. Eso es más que seguro.

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