Tenemos que tener en cuenta, que muy pronto se retornan a clases y para entonces ya estará trabajando un consejo que gerencie y garantice el plan nutricional rico y completo para los chicos que van a aulas los 180 días calendarizados en el año. La iniciativa que viene del ejecutivo con la colaboración del Ministerio de Educación y de Salud, es una asignatura pendiente de hace mucho tiempo y necesita urgente respuesta.
La cruda realidad es que muchos niños solo van por la merienda porque en sus casas hay extrema pobreza. No cuentan ni con lo básico en cuanto a alimentos. En estas condiciones es muy difícil prestar atención en clase. Menos concentrarse en lectura o matemáticas. Los chicos con déficit nutricional se encuentran sin ganas y débiles, menos van a poder competir en artes o deportes. La función cognitiva no responde cien por cien al estímulo. Es fundamental dar prioridad a este tema con ayuda de médicos, psicólogos y nutricionistas. Igualmente deben colaborar profesores y padres.
Dice el Presidente que el programa comenzará en las zonas más pobres para luego abarcar todos los departamentos. Y tiene que ser con seguimiento permanente y controlar puntillosamente todo el programa desde febrero hasta noviembre, sin pausas. Los municipios y las gobernaciones tienen responsabilidad para que nuestra niñez crezca sana y bien fuerte para luchar en la vida con energía y mucho entusiasmo. Que tengan mucho interés en estudiar y lograr calificaciones brillantes. Además de ser artistas, literatos y deportistas destacadísimos.
Nuestro país es un gran productor de alimentos de excelente calidad que se reconocen en el mundo entero. Nuestros jóvenes, en vez de andar por los patios de comida donde les venden productos industrializados con conservantes, colorantes, estabilizantes y saborizantes, deben consumir frutas y verduras en buena cantidad y de primera calidad. Sin transgénicos ni agrotóxicos. Es hora que el gobierno, especialmente el Ministerio de Agricultura controle seriamente el tema de las fumigaciones y se realicen investigaciones científicas hasta que punto dañan la salud de la población chica y adulta esos insecticidas.
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Comemos cantidad impresionante de veneno y de metales pesados como el aluminio, cadmio, mercurio y cromo en vegetales, agua, jugos, frutas, semillas y productos enlatados. Esto lo confirman estudios en Universidades de Autónoma de México y de Otawa, Canadá. Ignoramos el motivo por el cual aquí no se realizan estudios de esta naturaleza. Claro que los negocios de supermercado y comidas rápidas son mas rentables que cuidar la salud con alimentos orgánicos y naturales. Por ahí viene la mano. Pasa que después el Estado debe cargar con una población enferma de diabetes, hipertensión. Obesidad y celiaquía por culpa de comer todo mal. Mejor prevenir que curar.
Cada familia debe tener su chacra y su huerta. Su cría de gallina y conejos. Ojalá que el plan de Hambre cero vaya adelante y se pueda concretar en la realidad. Y colaboremos todos con buena vibra. Los niños del Paraguay merecen una buena nutrición que les de salud física, mental y emocional para que lleguen a las Universidades, inteligentes, fuertes y vigorosos. No se trata de un gasto, es una inversión valiosa, la mejor que puede hacer el Estado por sus niños..