Pirulo y las coplas del cerdo semental

La poesía tiene una fuerza asombrosa para interpretar realidades. Como ejemplo, las coplas que publicó la semana pasada el admirable y querido poeta Gregorio Gómez Centurión (1938), que con el título de Payadas en tinta roja comienzan diciendo: Gruñe el cerdo semental / desde fuera del chiquero / su mensaje “esto quiero” / a la piara inquieta / sometidos y veletas / olfatean más dinero. Pareciera decir que la política se mueve gracias a la billetera de algún “cerdo semental” que vaya a saber quién será.

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La situación creada en el viejo y tumultuoso PLRA no escapa a la aguda visión poética del villetano y fecundo vate, que honra la tierra que viera nacer también a Rubén Bareiro Saguier. Y así, Gregorio desliza sutilmente: Los liberales cartistas / con afilados colmillos / abultaron sus bolsillos / de los verdes a montón. / Dionisio el muy glotón / el más pillo de los pillos.

El poeta agrega: Tampoco queda atrás / la preciosa Hermelinda / pues, cuerpo y alma brinda / al servicio de su amo. / El metal su soberano / en la torta, es la guinda.

A propósito del liberalismo, la decisión de la Justicia Electoral al desestimar la expulsión de Dioniso Amarilla y otros cartistas infiltrados es contraria a la del caso del colorado Gerardo Soria, quien fue expulsado de la ANR por “faltarle al respeto” a Cartes. Esta expulsión fue ratificada por la misma Justicia Electoral. En ambos casos la mano del Quincho se notó sin disimulo. Es que Dionisio y sus jinetes son su “caballo de Troche” y el cartismo los necesita para someter a lo que resta del PLRA.

La Justicia Electoral fue tantas veces garrote de la dictadura. En los años 70, la entonces Junta Electoral Central, un brazo del Partido Colorado, determinaba qué oposición era “legal” y cuál no, según los intereses del régimen. En aquel tiempo las luchas internas en el liberalismo adquirieron ribetes farsescos entre los que querían acercarse a la sombra de Stroessner para saborear las mieles prebendarias y quienes deseaban sostener la resistencia contra la dictadura.

Hartos de las pujas por intereses espurios de los liberoestronistas, los verdaderos opositores crearon en octubre de 1977 el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), cuyo primer presidente fue el doctor Miguel Ángel Martínez Yaryes. Con el tiempo, el PLRA tuvo dos movimientos internos muy fuertes: Cambio para la Liberación, presidido por Domingo Laino, y Movilización Popular para el Cambio, liderado por Miguel Abdón Saguier, Tito, que propugnaba un accionar más radical movilizando a la gente. Pero dentro de sus diferencias, ambos movimientos estaban unidos en su lucha contra Stroessner.

El PLRA está en su hora más oscura. Además de la pésima conducción, el dinero sucio de fuera lo está hiriendo de muerte. Y como dice Pirulo Gómez Centurión, “…es Dionisio Amarilla / el portavoz del truhan / él representa al patán / quien controla a hurtadillas”.

Es asombrosa la fuerza de la poesía.

nerifarina@abc.com.py

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