Justo reclamo a la ANDE

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El mal servicio de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) no se limita a la capital del país, sino también afecta al interior.

Caacupé es una ciudad que cuenta con una importante cantidad de habitantes, quienes, aparte de soportar las sobrefacturaciones del servicio, también soportan cortes.

El peor perjuicio es el golpe al bolsillo, porque muchas familias solo viven y sobreviven con lo justo. Es por eso que no pueden pagar el monto excesivo que figura en las boletas.

Este problema data desde enero del 2024 y hasta ahora persiste, pues los usuarios siguen haciendo sus quejas por recibir facturas con tarifas elevadas.

Ante esto, las autoridades afirman que las sobrefacturaciones ocurrieron “solo por problemas internos”.

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El jefe de la sede de la ANDE, Pedro Cabrera, explicó que tres fueron los funcionarios que hicieron mal sus labores en la lectura de boletas. Los empleados ya fueron apartados del cargo. Estos pagados por el pueblo deben ser investigados. La fiscalía debe intervenir para corroborar que fue un error humano o si detrás hay una organización para sacar plata para los bolsillos de los directivos.

Sin embargo, los montos elevados que llegaron a varios clientes no fueron cambiados y tampoco hubo reembolso para los afectados.

¿Pero acaso la institución no debe hacerse cargo de la irresponsabilidad de sus funcionarios?

No se debe aprovechar de la gente, de las familias de clase media que apenas llegan a fin de mes y para colmo tienen que pagar demás por un servicio que deja mucho que desear.

Las quejas de Caacupé también se replican en clientes de ciudades como San Bernardino, Emboscada, Loma Grande y Eusebio Ayala.

Ninguna institución debe sobrefacturar su servicio.

Los usuarios tienen el derecho a protestar y tienen que ser escuchados. No es justo recibir montos abultados y más aún cuando los ingresos familiares no han cambiado, pese a que las autoridades dicen que estamos mejor.

Hay que devolverles los cobros indebidos.

La ANDE tiene la obligación de prestar un buen servicio y no aprovecharse de la gente, especialmente de los más humildes, porque muchos de ellos fueron quienes acudieron a la prensa para denunciar los sobrecostos.

faustina.aguero@abc.com.py