No hace mucho tiempo que el presidente actual de IPS, doctor Jorge Brítez, aterrizó en Filadelfia para hacer un maratónico recorrido hospitalario y “ver” en donde el común de los mortales y asegurados nos atendemos, para luego firmar un acuerdo más traicionero que el beso de Judas en contra de los propios asegurados de Boquerón.
Entiéndase que la crítica no es en contra de los hospitales que tercerizan el servicio (a falta de hospital propio), como los son los hospitales de Filadelfia, Neuland y Loma Plata.
La crítica es contra el Gobierno, este gobierno de títeres y titiriteros que a cuentagotas retorna al Chaco lo mucho que recibe en impuestos y aportes. Volviendo al punto, el presidente de IPS, en su última discursiva para con la prensa, aseguró que su visita se debía a la renegociación del contrato para con los asegurados, el cual estaba cortado por vencimiento de contrato.
Más que “renegociar”, el dichoso contrato, más bien, lo que hizo fue condenar a los pacientes que deben operarse a peregrinar a Asunción porque el nuevo contrato solo contempla consultas y operaciones de urgencias... Le pregunto doctor Brítez ¿qué es para usted una urgencia? ¿Se merece el asegurado, que es tan humano como usted y como yo, que su dolor se negocie?
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Lo peor es que seguimos aportando. Encima de aportar, ahora nos toca costear el viaje a Asunción, la estadía allá, los medicamentos que falten y rezar intensamente a todas las deidades celestiales para no contraer una infección hospitalaria por intervenirnos en el Hospital Central de IPS, que en el peor de los casos, además de entrar en lista de espera para conseguir una cama, hasta nos pueden rebanar la pierna incorrecta por negligencia.
El pueblo está cansado, cansado de los cortes del servicio, de la falta de medicamentos, de la arrogancia de las autoridades de los servicios públicos, cansados de negociar un derecho que no es negociable y que no tiene ningún retorno.
Hartos de hacer polladas para solventar los costos médicos de nuestros seres queridos y que aún así no alcance. Un hospital nuevo y propio no es mucho pedir, es apenas cumplir con lo que por humanidad le deben al asegurado.