La marcha que no se detuvo

Una mañana de marzo en las calles Kubitschek y General Santos se escuchaban cánticos acompañados de aplausos de vecinos de la zona, lo mismo ocurría en Eusebio Ayala y Gral. Aquino, cuando la caravana llegó al Mercado 4 fue largamente ovacionada.

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Así, a medida que se acercaban al centro de la capital este ambiente de fiesta aumentaba. Ya en la zona de las calles 25 de Mayo y Mcal. Estigarribia, la fila abarcaba unas 10 cuadras, quienes la integraban eran personas con la piel tostada por el sol, vestían camisas de mangas largas y pantalones, pero llevaban zapatillas en los pies.

Como las cuadras eran largas y la caminata se hacía interminable recibían agua y alimentos de quienes salían a saludarlos. Eran ellos, los agricultores que por primera vez y de forma masiva lograron concentrarse y llegar hasta la Capital.

Así en un marzo como este, pero hace 26 años, nacía lo que se convertiría con los años en la tradicional marcha campesina, una movilización con la que los labriegos trataban de hacer llegar sus reclamos hasta la ciudad, hasta los gobernantes de turno. Lo habían intentado antes no pudieron avanzar a causas de las represiones.

Haciendo un poco de historia, el 15 de marzo de 1994 cuando el país estaba expectante aguardando la marcha. Los campesinos en principio se mostraban temerosos ante una posible represión por parte de la policía, ya bien temprano en algunos puntos, intentaron detener camiones que trasladaba a labriegos desde el interior del país, pese a ello, según las crónicas de la época, finalmente pudieron continuar el viaje hasta el Seminario Metropolitano un sitio elegido como punto de partida ese y todos los años siguientes.

¿Saben cuales eran los reclamos? La falta de tierras y mejores precios en pago por su producto, en aquel año era el del algodón.

Mirando las publicaciones periodísticas de la primera movilización campesina parece que ese sector se quedó en el tiempo, que no progresaron y que pese a sus marchas año tras año el gobierno no los atendió.

Con los años, esta lucha campesina fue muchas veces cuestionada, por estar politizada o a causa de algún dirigente deshonesto, pero el reclamo del campo sigue siendo justo y pese a que el gobierno sigue postergando una solución a los problemas, muchos de ellos siguen ingeniándoselas para que la tierra les de trabajo y el trabajo comida, aunque se encuentren con caminos intransitables, no siempre existan mercados y así, por una o por otra razón terminen perdiendo los productos que pretendían vender en la ciudad.

El jueves ellos volverán a caminar por Asunción, en su ya XXVI Marcha, pero los citadinos ya no los recibe con alegría y aplausos como la primera vez, la vida corre muy rápido por acá que no hay tiempo para eso, si te quedas 5 minutos para darle tu apoyo o pasarle un vaso de agua es probable que agarren tu lugar en el estacionamiento.

Mario Abdo Benítez será el octavo presidente que los verá marchar y es probable que reciba sus reclamos, pero si no les da respuesta este gobierno se despedirá cuando el abandonado sector campesino cumpla tres décadas llegando año a año a la ciudad reiterando siempre las mismas necesidades en el campo.

maria.gomez@abc.com.py

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