Bellos tesoros naturales podrían desaparecer por grave contaminación

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Desde arroyos llenos de agua servida hasta cerros repletos de botellas y bolsas de plástico, nuestros desechos ponen en riesgo a los tesoros naturales del país
Desde arroyos llenos de agua servida hasta cerros repletos de botellas y bolsas de plástico, nuestros desechos ponen en riesgo a los tesoros naturales del paísABC Color

Desde arroyos llenos de agua servida hasta cerros repletos de botellas y bolsas de plástico, nuestros desechos ponen en riesgo a los tesoros naturales del país. Conocé algunos de los atractivos turísticos que corren peligro debido a la contaminación ambiental.

¿Alguna vez escuchaste acerca de las Tierras Malas de Ypane? A 28 kilómetros de Asunción se encuentra este extraordinario recurso geológico, oculto bajo la espesura de la zona. El color marrón de la arena, las cuevas y los laberintos llenos de vegetación del lugar se entrelazan con el arroyo Ypane que, lastimosamente, va perdiendo su belleza como consecuencia de la contaminación.

Al igual que muchas de nuestras riquezas naturales, las Tierras Malas de Ypane se encuentran en peligro, pues los desechos hogareños tejen las ramificaciones y raíces de los árboles que rodean este paraíso geológico. De igual forma, los restos de plástico y los neumáticos viejos irrumpen en la pacífica circulación del arroyo Ypane; si bien existen carteles en los cuales se indica la prohibición de arrojar basuras, todas sus advertencias son ignoradas.

Por otra parte, en sus mejores épocas, el arroyo Mburicáo fue la fuente de inspiración que José Asunción Flores y Manuel Ortíz Guerrero utilizaron para crear canciones inolvidables. No obstante, en la actualidad, este cauce hídrico está lejos de ser aquel cristalino arroyo que inspiraba a los poetas. Según datos de la Dirección General de Gestión Ambiental del municipio asunceno, desechos sólidos y efluentes sin previo tratamiento, tanto domésticos como industriales, de la zona de Tablada, se han convertido en los principales contaminantes de esta emblemática corriente asuncena.

La naciente del arroyo Mburicáo está ubicada en Eusebio Ayala y Teniente Martínez Ramella, donde ya emergen las aguas turbias y de mal olor. En la actualidad, existen varias campañas municipales y voluntarias para subsanar el estado de agonía en que se encuentra este icónico cauce de nuestra capital.

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Por otro lado, en el 2017, la contaminación y el abandono lastimaron a los cerros Koi y Chorori, pues sus laderas se habían convertido en los vertederos clandestinos de los vecinos de Areguá. Fue así que, los residuos arrojados colocaron en riesgo la vida silvestre y la salud de los pobladores de la zona.

Las basuras que se acumularon en los cerros Koi y Chorori obstruyeron los caminos para los recorridos turísticos y recreativos, pese a que estas maravillas formaban parte del área protegida y fueron declaradas monumentos naturales, por ley. En la actualidad, diversas campañas de limpieza están luchando contra la contaminación de estos cerros.

¡Es hora de tomar de conciencia! Si no lo hacemos pronto, los desechos continuarán arrebatando la belleza de nuestros tesoros naturales.

Por Rebeca Vázquez (18 años)