Desde la invención de la escritura hasta los movimientos sociales contemporáneos, pasando por las revueltas libertadoras y las terribles batallas mundiales, la historia no está escrita para permanecer en libros o materiales audiovisuales, sino para formar una conciencia crítica, comprender el presente y, sobre todo, no repetir los errores del pasado.
No obstante, con ideologías extremistas, diversos sectores de la población mundial desarrollaron un arma muy peligrosa: una mentalidad que niega los acontecimientos históricos. Así pues, según un estudio elaborado por la Universidad de Yale, Grinnell College y la Federación Judía Progresista de España, varios países del centro europeo realizaron un revisionismo histórico acerca del Holocausto, minimizando así su papel en el genocidio de los judíos.
En Varsovia, utilizar el término “campos de concentración polacos”, señalando a Polonia como cómplice del Holocausto, podía ocasionar una condena de hasta tres años de cárcel hasta el 2018, según mostraba el informe. Si bien las críticas internacionales lograron que el hecho sea despenalizado, este es un claro ejemplo de que las ideologías extremistas pueden tratar de borrar los sucesos que forman parte del pasado de la humanidad.
Por otro lado, estos puntos de vista no pertenecen exclusivamente al territorio europeo. Alberto Fernández, candidato a primer mandatario argentino, declaró que Venezuela no es una dictadura, sino un gobierno autoritario. Según el aspirante a la presidencia, las instituciones están funcionando en la República Bolivariana; por ende, no se puede considerar al gobierno de Nicolás Maduro como un régimen dictatorial y tampoco debe tomarse como verdadera la denuncia de la delegada especial de la ONU, Michel Bachelet, quien sostiene que en los últimos 18 meses fueron asesinados extrajudicialmente poco más de 6.000 venezolanos.
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Asimismo, nuestro país tampoco se salva de la mentalidad que pretende negar una parte de nuestra historia. El pasado miércoles, en una sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, legisladores del Partido Colorado se opusieron a que se denomine al gobierno de Alfredo Stroessner como un régimen dictatorial, en el proyecto de indemnización a excombatientes del golpe del 2 y 3 de febrero de 1989. Este hecho fue criticado por el Comité Paraguayo de Ciencias Históricas.
La historia no solo debe permanecer guardada en libros, películas o series; nadie puede mancharla con omisiones o negaciones de ciertos acontecimientos. ¡Tu lectura y conocimiento pueden transformar la realidad! Al fin y al cabo, no conviene tropezarte siempre con la misma piedra.
Por Rebeca Vázquez (18 años)