Christian Iván Noguera, de 33 años, fue detenido el pasado miércoles en su casa del barrio Campo Grande, en un operativo realizado por el fiscal antidrogas Deny Yoon Pak y la Secretaría Nacional Antidrogas.
La jueza Rosarito Montanía lo procesó por tráfico de drogas, dispuso que pase a guardar prisión en la cárcel de Tacumbú (orden que se cumplirá mañana) y además estableció el bloqueo de sus bienes.
Noguera es un auxiliar despachante, que según los investigadores engañó a su colega Alberto Morínigo Mendoza, para que este, a su vez, consiga no solo la firma de su hermana Gloria Morínigo Mendoza (despachante de aduanas), sino el token o código para autorizar la importación de una carga de sésamo desde Paraguay a Alemania.
Pero el 5 de julio pasado se detectó en el puerto de Hamburgo, Alemania, la cantidad 10.000 kilos de cocaína.
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La investigación determinó que los ahora prófugos Guillermo Federico Rey Torres, de 40 años, nacido en Asunción, Paraguay, y de Gonzalo Aparicio Sosa Izaguirre, de 38 años, quien nació en Tacuarembó, Uruguay, son los que realizaron las gestiones para la remisión de la carga desde el Puerto Fénix, el pasado 15 de mayo.
La carga de sésamo contaminada con cocaína fue enviada por la empresa Nopal SA inscripta a nombres de personas cuyos datos no corresponden con los documentos presentados en el Ministerio de Hacienda para el registro de la firma.
Detrás de la elaboración de los documentos apócrifos se presume que estuvieron Rey y Sosa.
Para los investigadores, Guillermo Rey tenía contacto con Noguera y de esa forma se logró llegar a un acuerdo para el despacho de la carga.
En la mira, también los funcionarios
Las investigaciones ahora apuntan hacia la responsabilidad de los funcionarios aduaneros y sobre todo a identificar al dueño de la carga.
Las autoridades antidrogas mantienen permanentes contactos extraoficiales con sus pares de Alemania.
Para los próximos días, a medida que vayan surgiendo nuevas informaciones se prevé un pedido de cooperación internacional al Ministerio Público de Alemania a través de la fiscalía de Asuntos Internacionales de Paraguay a cargo de Manuel Doldán.
El abogado Hugo López, quien asumió recientemente la defensa de Noguera, dijo ayer a ABC que su cliente es un simple secretario.
Señaló que hace muchos años trabaja como auxiliar despachante, que es contratado para realizar labores propias de su área y que para esta importación fue contactado por su colega Alberto Morínigo.
Señaló que su cliente se limitó a llevar papeles.
López indicó que en la próxima semana se acercará a observar detenidamente la carpeta fiscal para profundizar sobre el tema.
Refirió que su cliente es una persona humilde que vive en una precaria casa con sus padres.
Pero esta tesis no es compartida por los antidrogas que consideran que la despachante aduanera Gloria Morínigo y su hermano Alberto, en realidad, fueron engañados por Noguera.
La investigación es manejada con mucho hermetismo para evitar las fugas de informaciones.
Hay una molestia de los investigadores con el director de Aduanas, Julio Fernández, por difundir a través de las redes sociales que cayó la carga en Alemania y que recién al día siguiente realizó la denuncia. La verificación de los registros telefónicos dan cuenta de que Rey y Sosa estuvieron usando sus líneas telefónicas en nuestro país hasta el 14 de julio, día en que se difundió el caso a través de las redes sociales.
Para los investigadores, el universo de implicados está en nuestro país y es grande.
“Nos da la pauta de que nuevamente en este tema están trabajando como nosotros le llamamos ‘narcotráfico corporativo’, porque están trabajando en capas con diversas personas que muchas veces ni se conocen entre sí para hacer más difícil la identificación, la detección; es un trabajo de hormigas”, dijo la ministra de la Senad Zully Rolón.
