19 de diciembre de 2025

Su mirada evoca seguridad; su técnica, notables dosis de aptitudes. Agustina Torres Mongelós (17) bailó desde niña; a partir de lo cual, su escalada aspiracional no se detuvo. Su madre, María Lys Mongelós, era bailarina; pero acompañando a su prima Tatiana Mersán a ensayos y presentaciones, Agustina descubrió gestarse en sí la apetencia por bailar a sus cinco años, edad a la que se sumó a las alumnas de ballet clásico de la Academia Núcleo de Arte y Danza, de Maribeth Brizuela. Su destreza pronto la puso en el foco de observaciones y atentos análisis por parte de profesionales de acreditado peso. A los 11 años, bajo la dirección de Marilyn Candia, ingresó en la Escuela Municipal de Danzas de Asunción (IMA), instituto en cuyos concursos conquistó significativos premios y accedió a becas. Una de estas la enfiló hacia el Centro Dança Rio, en Río de Janeiro, Brasil, coyuntura que la mantuvo alejada de su familia un semestre entero, con tan solo 13 años.