Siria, en ruinas, entra mañana en su séptimo año de guerra con el Estado Islámico (EI) derrotado pero ensangrentada por la lucha de influencia entre potencias extranjeras y la ofensiva de reconquista del régimen de Bachar al Asad. En 7 años de conflicto que causaron más de 350.000 muertos se cometieron atrocidades como el uso de armas químicas o matanzas de civiles.
GINEBRA (EFE). El futuro del presidente sirio, Bachar al Asad, interfiere una vez más en el intento de la ONU de encontrar una salida política al conflicto sirio.
WASHINGTON (EFE). El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido suspender un programa dedicado a armar y entrenar a las tropas rebeldes que luchan contra el régimen en Siria, informó ayer el diario The Washington Post.
RÍO DE JANEIRO (AFP). El hijo mayor del presidente sirio Bachar al Asad integra la delegación de su país participante en la Olimpiada Internacional de Matemáticas de Río de Janeiro y cree que su presencia muestra que Siria, sumido en la guerra civil, va “mucho mejor”.
El presidente Emmanuel Macron oficializó la nueva ‘realpolitik’ francesa sobre Siria, decretando el fin de la diplomacia que tenía como prioridad la salida del dictador sirio Bachar al Asad; y confirma el acercamiento con Rusia.
SALAMANCA. Cincuenta políticos opositores son ahorcados por día en la cárcel de Saidnaya, cerca de Damasco. Para hacer desaparecer las pruebas de estas atrocidades, el gobierno de Bachar al Asad ha hecho construir un crematorio donde son incinerados los cuerpos. Satélites espías norteamericanos han fotografiado el sitio donde el sanguinario régimen de Siria comete tales monstruosidades. En realidad, estas fotografías no han hecho más que confirmar lo que Amnistía Internacional ya había denunciado meses atrás. Lastimosamente, este organismo internacional no goza de las simpatías de muchos gobiernos, principalmente de aquellos que corren el riesgo de figurar en sus listas negras de barbaridades.