¿Compartió durante años su hogar solamente con su gato? ¿Eran un equipo perfecto? ¿Y ahora usted encontró una nueva pareja? Lo que para usted es motivo de verdadera alegría y felicidad puede convertirse en una pesadilla para su mascota.
La obsesión por el pasado e indagación acerca de las exparejas afecta tanto al celoso como a la persona que lo sufre. Los celos retrospectivos, que reciben popularmente el nombre de síndrome de Rebeca, surgen del miedo irracional a perder a la persona amada y se vinculan con la pérdida de exclusividad.
“Mi vida, soy muy celoso porque te quiero” es la expresión que muchas veces se manifiesta en las parejas. Existe el pensamiento erróneo de creer que los celos son sinónimo de amor, pero no siempre es así; ¿qué pasa si la desconfianza arruina el romance?
Uno se siente dejado de lado, el otro tratado injustamente. Los celos pueden lastrar hasta un punto de no retorno una relación entre dos personas. "Menos mal que con mi perro no tengo estos problemas", pueden pensar algunos, y se equivocan completamente.
Momo olisequea los hocicos de Mia y Lilly y se da cuenta de que les han dado pepino y a él no y entonces empieza a ponerse nervioso. “A las cobayas les encantan el pepino y el pimiento”, cuenta su dueña, Sandar Hönisch.
"Los celos son como un veneno", asegura la psicóloga Christine Backhaus. La especialista advierte que no hay como los celos para corromper la confianza, que al fin y al cabo es el fundamento de toda pareja, y terminar rompiendo la relación.