Mucha astucia y ningún escrúpulo fueron la fórmula para que el general Alfredo Stroessner llegara a mantenerse en el poder por casi 35 años. También 35 son los años de la democracia que arrastra algunos flecos del pasado. Mucho se ha padecido para que el país se quitara de encima un régimen oprobioso y se instalara un nuevo tiempo de paz, justicia, honestidad. Se llegó a ese nuevo tiempo y lo estamos ensuciando. Es una traición a quienes dieron su cuerpo y su alma por la democracia.
Un 3 de febrero como este, pero de 1989, un golpe de Estado derrocó el Gobierno del general Alfredo Stroessner Matiauda: fue la llamada «Noche de la Candelaria», inicio oficial de una «transición democrática» que se prolonga hasta el presente, tres décadas después. Hoy, en ocasión del trigésimo aniversario del golpe, Santiago Filártiga recrea en el siguiente texto la pervivencia del estronismo.
Martín Sannemann, exdiputado liberal y exgobernador de Central, cuya familia fue perseguida por la dictadura stronista, dijo que tras la finalización del régimen hace 30 años, los dirigentes políticos no supieron construir la institucionalidad de la democracia. Valoró la recuperación de las libertades individuales
Un 3 de febrero como este, pero de 1989, el gobierno del general Alfredo Stroessner Matiauda fue derrocado. Hoy, en el trigésimo aniversario de la «Noche de la Candelaria», la socióloga Line Bareiro adelanta su prólogo al libro A 30 años del golpe (Asunción, Servilibro, 2019), de Carlos Martini y Víctor-jacinto Flecha, que será presentado este próximo jueves, en exclusiva para los lectores del Suplemento Cultural.
“Nuestra juventud debe mantener esta democracia que tanto tiempo llevó adquirir” y sobre todo luchar contra males como la corrupción y otros, abogó el Gral. de Brigada (SR) Lorenzo Carrillo, que operó como "Víctor I" durante el golpe de 1989.